Toda institución requiere un líder que sea el que la conduzca al logro de sus objetivos y por supuesto éste debe tener la gente adecuada a su alrededor. Esto funciona para todos y por supuesto para los países.
Tras la crisis de los años 80s -entre la neglicencia de Belaunde y la irresponsabilidad e impericia de García- el Perú era un país quebrado por la hiperinflación y el terrorismo. Afortunádamente surgió Alberto Fujimori, un muy poco conocido nikkei, que terminó convirtiéndose en el salvador y reconstructor del Perú. No fue fácil la tarea ni estuvo exenta de errores.
Tras la caída del régimen de Fujimori en el 2000 hasta la fecha, salvo el lunar que significó el segundo gobierno de García, los que llegaron a gobernar lo hicieron mostrando total incapacidad para ser exitosos y una gran facilidad para saquear el Presupuesto Público.
Luego de la caída del ladrón comunista Castillo, fue sucedido constitucionalmente por la actual Presidente Boluarte que hasta hoy no debe dejar su asombro de estar en Sillón de Pizarro
Lo cierto que su futuro no es muy claro. Tras regresar de su periplo por New York deberá ver qué hacer con su Primer Ministro Otárola, acusado de favorecer a dos amiguitas con más de cien mil soles (gracias a sendas "órdenes de servicio").
En medio de este nuevo escándalo, que alguien podría decir que es minucias, se abre paso de nuevo la inestabilidad o quizás la oportunidad de oro de renovar el gabinete sobre todo en carteras en donde ministros como los de Defensa, Interior, Energía y Minas y el robusto ministro de Economía no dan fuego. La inseguridad y la recesión galopan y estos caballeritos se aferran al fajín, a la circulina y a las "liebres".
Veremos si Boluarte tiene el olfato y las agallas para profundizar su alejamiento de sus ex camaradas y del caviaraje, siempre presto para arrodillarse para recibir las jugosas migajas.
Por cierto que del actual Congreso no esperamos nada. Sus quelónicos reflejos producto de procedimientos de épocas en las que "amarraban perros con salchichas" no dan garantía de nada. El interés de (muchos de) sus miembros es llegar a fin de mes y pasar por "cajatambo".
¿Ha habido reforma política? ¿Adecuación de leyes para combatir la inseguridad? ¿Promoción de la inversión privada? Nada¡
Para nuestra desgracia, no están dadas las condiciones para elecciones transparentes que hasta el PaPePiPoPu de Camotillo el Tinterillo podría salir electo. Por tanto ¿qué queda? ¿Esperar el 2026, lo que implica que Boluarte de una vez por todas gobierne, o un milagro?
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