Es común hablar de "un cabezazo" cuando popularmente nos referimos a una estafa, sean los damnificados pocos o muchos.
A lo largo de los últimos 40 años; son varios los casos mediáticos y diversas las circunstancias que han hecho posible que miles de ahorristas o inversores -grandes y pequeños- hayan tenido que lamentar la pérdida de sus ahorros.
Recordemos las quiebras bancarias producto de malas prácticas como sucedió en el segundo gobierno de Belaunde (casos BIC y Bancoper). La falta de una adecuada supervisión unido a la crisis económico hicieron que miles sean perjudicados; tanto los ahorristas de esos bancos, los trabajadores y diversas empresas vinculadas directa o indirectamente a los llamados Grupos Vulcano y Bertello respectivamente.
Tras ellos siguieron otras quiebras menores de cooperativas, bancos regionales, banca estatal y asociada y también organizaciones de "tipo piramidal" como lo fueron REFISA y el tristemente "famoso" CLAE. Quiénes fueron estafados en su gran mayoría buscaban alguna rentabilidad que evitara que la hiperinflación licuara sus capitales.
En estos dos casos y en otros más que sucedieron a lo largo de los últimos 30 años hubo varios componentes para ser víctima de estafas; vale decir la confianza; la falta de adecuada supervisión a empresas que operaban incluso ilegalmente pero a la vista y paciencia de los encargados de velar que el mercado se condujera con adecuadas prácticas financieras y la existencia de una frágil línea entre lo legal e ilegal que ha permitido la existencia de diversos casos de estafas y de perjudicados.
Pero cuando se cree que éstos son solo gente sin mayor información y conocimientos, en los últimos días un vocero importante del caviaraje ha destapado un escándalo de proporciones aún no determinados. Otra vez el ofrecimiento de "altas tasas de interés", la confianza "en manada" y paradójicamente la falta de transparencia han ocasionado que "un sector de la élite financiera limeña" (sic) haya sido víctima de una organización delictiva.
Sin embargo está claro que los más representativos damnificados son cabezas visibles del llamado caviaraje; ¿hoy ex caviares y tras las pérdidas serán "fritangueros"?
Pero lo más saltante es cómo ex ministros y gente aparentemente "preparada" ha caído en esta estafa. Se señala que el monto de la estafa es de 70 millones de soles, ¿será así o es que se está tapando el escándalo? ¿qué procedencia tienen esos recursos? ¿Este caso tiene solo visos financieros sino también de otro orden? Tienen la palabra la SUNAT y la Unidad de Inteligencia Financiera.
El escándalo recién empieza a destaparse. ¿Será que solo son tres desconocidos cabecillas o hay algunos más que hasta el momento parecen solo estafados?
Por el bien de la salud del sector financiero es necesario que se esclarezca esta estafa y que no se cubra con un manto de silencio e impunidad.
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