Ayer vimos a Hernando de Soto anteponer sus broncas y deseos a los intereses del Perú. En medio de explicaciones cantinflescas e ingenuidades propias de un novato no solo no se decidió sino que le dio el beneficio de la duda a un comunista que claramente ha dicho que hará y al que De Soto pide moderarse ("correrse al centro").
Ya dos congresistas electos por Avanza País, el partido por el cual candidateó De Soto, Alejandro Cavero y Adriana Tudela se han pronunciado apoyando la candidatura por la Democracia. No tengo duda que lo hará también el General Williams y connotados figuras del equipo de De Soto como Marco Miyashiro y Francisco Tudela.
No podemos admitir más ingenuidades o intereses subalternos. No podemos dejar que el comunismo se apodere del Perú.
La pobreza y la exclusión social no se combatirán con propuestas comunistas. Ellos han gobernado las regiones más pobres del Perú con resultados funestos y solo han generado más pobreza y corrupción.
Qué fácil es ponerse de costado cuando se tiene el bolsillo bien forrado. Hay cientos de burócratas dorados que gozan de 18 sueldos al año y viven en amplios dúplex de San Isidro y dicen que apoyarán al comunista Castillo. A ellos les decimos que es hora de que piensen en el Perú. La crisis obligará a drásticos recortes de tantas prebendas y que de una vez por todas muchos de ellos deberán ir a "correr la cancha" donde más lo necesiten. Purus, Canchis, Lircay o Moho reclaman la presencia del Estado. Pues ahí deberán esos Castillo Lovers.
Qué fácil es hablar de pobreza en desayunos de trabajo en hoteles cinco estrellas. Qué bacán es hablar de inclusión social cuando esos burócratas se atienden en clínicas privadas, mandan a sus hijos a escuelas exclusivas o tienen canastas navideñas con panteones italianos.
Ya es hora que el Estado y sus funcionarios entiendan que hay que poner límite a privilegios mientras la gente se muere de frío en las zonas alto andinas.
¿Quieren cambiar las cosas? Ok. Empiecen por renunciar a tanto privilegio.
Eso debe entender Keiko Fujimori. Incorporar la palabra AUSTERIDAD en el Estado. Basta de esa costra burocrática que ayer fueron toledistas, hoy moraditos y ya se aprestan a dar "apoyo" al comunista Castillo a través de grupos de profesionales de la "cato" enquistados en diversas instancias del Estado.
De Soto es una anécdota para el Perú del Bicentenario. Muchos de sus electores se sienten traicionados. A contrapelo, Mario Vargas Llosa ha dicho su palabra. Creo que se reencontró con el Perú y bien que haya sido así. Dejó de lado discrepancias y optó por el Perú y su destino.
O nos unimos todos o nos hundimos todos¡
PS Y el señor César Acuña? Despertó?
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