XEROX

En 1980 el periodista César Hildebrandt desenmascaró a un "político nuevo" apellidado Ferrero que pretendió sorprender al entrevistador y a los televidentes presentando una propuesta de un columnista del diario español El País como si fuera suya y que había publicado en el diario Expreso.

Hildebrandt entrevistó a Ferrero en un programa dominical que dirigía. Aquel domingo Ferrero fue dispuesto pensando que nadie se daría cuenta del embuste. En plena entrevista Hildebrandt le preguntó al farsante sobre "el origen de sus ideas" y cuando éste empezaba a dar "explicaciones", el periodista le sacó en cara que el artículo que había publicado Ferrero en Expreso era una copia, al 100%, del mencionado artículo publicado en el diario español.

Tras un intento de explicación, el copiador salió con "el rabo entre las piernas"; viajó a España y años después reapareció otra vez como "político nuevo". Al poco tiempo, la empresa Xerox, fabricante de copiadoras, publicitó sus productos con este lema, "cuida bien tu país (así se llamaba el pretendido movimiento político de Ferrero), él no tiene copia".

Ferrero fue precursor de sucesivos embustes. Gente que dice haber escrito libros pese a que nunca han escrito ni un tuit, haber realizado estudios en colegios donde ni los conocen, plagian propuestas o dicen ser hombres honestos, tanto como Toledo o Carlos Manrique. 

Muchos se quejan de esos esperpentos pero hay quienes votan por ellos y son elegidos "gracias" a la estupidez de algunos. 

Ante ello no queda sino que cada uno vote a conciencia este domingo 11, máxime que un Miserable Lagarto pretende evadir una inhabilitación política, justa por cierto.

Esperamos que esta vez se elija a los mejores de los partidos que logren "pasar la valla" y que no volvamos a tener "comepollos", por citar a uno de los tantos impresentables que llegaron a ser Padres de la Patria.

Sin embargo no solo debemos tener cuidado con quienes elijamos para el Congreso sino a la Presidencia, entre los cuales hay  también ex parlamentarios que poco o nada han hecho cuando lo fueron o tienen casi nula experiencia laboral. 

Elijamos bien. Ni incapaces, tampoco candidatos con estudios insuficientes, ni gente con dudas de su moralidad y menos a inexpertos pese a tener varias décadas de vida.