Para quienes "la sudan diariamente" no hay qué decir mucho para explicar el peligro que se cierne sobre el Perú en caso que el comunista Pedro Castillo lograra su objetivo de acceder a la Presidencia del Perú.
A fines de los 50s y de los 90s dos comunistas accedieron al poder en Cuba y en Venezuela, Castro a través de una insurrección armada y Chávez a través de los votos, con la complicidad de políticos que buscaban a alguien que mantuviera sus privilegios pero que en ambos casos, con ello, convirtieron a sus países en esclavos del comunismo.
Un empresario emergente, popular; que arriesga su capital o se endeuda para llevar a cabo su negocio sabe que la única garantía de su éxito es su esfuerzo. El sabe bien que una política económica proteccionista (por ejemplo, precios fijados por el Estado) lo único que producirá es la destrucción de su capital. Los precios controlados lo único que traen consigo son "mercados negros". Los insumos con los que un empresario prepara sus desayunos y los vende en Caquetá, La Oroya o en El Porvenir, así tengan precios fijos, no los podrán conseguir sino a precios fijados en un "mercado negro" y cada día más caros producto de una inflación originada por políticas como las que Pedro Castillo quiere imponer. Cada día se descapitalizara y terminará quebrando.
Castillo pretende que el Estado sea "interventor, planificador, innovador, empresario y protector"; es decir que la iniciativa privada de un bodeguero, de un confeccionista de prendas de vestir, de un mototaxista o de un taxista NO existirá. El Estado dirá que producir, qué vender o qué ruta deberá hacer un transportista.
Emporios textiles como Gamarra desaparecerán pues no solo se coactará su iniciativa privada sino se anularán los Tratados de Libre Comercio con los que cientos de confeccionistas se han unido a una cadena exportadora. Miles de trabajadores del campo perderán sus trabajos pues los agroexportadora no podrán acceder a mercados internacionales y vender sus uvas, espárragos o paltas.
Castillo habla de una Economía Popular que impulse un pp"Estado Empresario " que compita con el sector privado. Que ilusos seríamos si creyéramos en esa "utopía comunista". El Estado desde la visión de Castillo no competiría sino que expropiaría no solo las empresas y sus activos sino que impediría cualquier posibilidad de hacer empresa. Los guías de turismo del Cusco o cualquier región que hasta antes de la pandemia recibían, aparte de su sueldo, importantes propinas en dólares, con Castillo no podrán hacerlo. Todo irá a la caja de un Estado Comunista como sucede en Cuba.
Castillo plantea no solo estatizar las grandes empresas sino hasta la más pequeña bodega. Ya en el gobierno militar de Velasco , el que importaba los alimentos básicos era el Estado y también el que los vendía a través de los supermercados estatales. En poco tiempo la escasez y el hambre se apoderará del Peru y la clase media emergente, producto de estos 30 últimos años se empobrecerá. Todos pasaremos a ser parte de un país dependiente de la ayuda estatal (bonos, tarjetas de racionamiento).
Los llamados "derechos laborales" desaparecerán pues no habrá empleo. Este solo se crea con inversión privada. Los derechos humanos serán una quimera. El primer derecho a la Vida y la Libertad se evaporada en un Estado Comunista.
Los grandes proyectos mineros, energéticos, de comunicaciones, de infraestructura y otros no serán "del pueblo" sino serán entregados a una potencia extranjera, la misma que ya tiene su "cabeceras de playa" en nuestro país. Claro, esa misma que propagó el virus covid, " el virus chino".
Qué no quedé duda que el Estado Comunista que promueve Castillo expropiada los ahorros grandes y pequeños. Ya en el pasado los ahorros en dólares fueron transformados en moneda nacional con grandes pérdidas para los ahorristas. Así como el ahorro, el crédito privado será restringido. Olvidémonos de las tarjetas de crédito. Para comprar algo tendremos que ahorrar "en el colchón'" y esperar largos años para comprar un auto o siquiera un televisor. Ni qué decir de las remesas que muchos reciben de familiares del exterior. Todo estará controlado por un Estado Policiaco.
La libertad es lo más preciado que tiene un hombre. Pretender que el Estado sea quien decida por nosotros es condenarnos a la esclavitud. 62 años en Cuba, 23 en Venezuela y décadas en Corea del Norte.
El pretendido cambio constitucional no es sino la manera de "legalizar" e imponer la decisión de una minoría. Es claro que para esclavizar a un pueblo lo primero que tienen que hacer es empobrecerlo y coactar sus derechos individuales, sociales y económicos. Y por supuesto no solo eso sino destruir su Fe; la familia (los hijos serán del Estado) y sus instituciones (entre ellas las Fuerzas Armadas y la Policía). Por cierto, la educación será estatizada y encuadrada en la "Construcción de un nuevo.hombre"; la libertad de expresión desaparecerá bajo la mordaza y censura y una cultura de odio y muerte se impondrá. La libertad de opinar e informarse será coartada tal como existe ennpaíses comunistas y en especial en China. El estado chino prohíbe cualquier red social que no sea la creada por ellos, censurada y controlada.
La salud educación será solamente estatal ybla sabemos lo que eso significa. Los colegios y universidades serán centros de adoctrinamiento como lo fueron en los 80s.
La inversión privada nacional o extranjera será sometida a normas expropiatorias, cuando no lo hagan directamente. Las empresas deberán "invertir y producir" de acuerdo a lo que dicte el Estado. Y no hablamos solo de las grandes v empresas sino de las Micro, Pequeñas y Medianas.
Los acuerdos de todo tipo incluyendo la deuda externa serán desconocidos y con ello el Perú se convertirá en un paria y será entregado al poder de una potencia comunista. Nuestra soberanía será desconocida y hasta se dará una salida al marca Bolivia, tal cómo ya se ofreció.
El camino ya está señalado. Castillo ha sido claro en sus "promesas". Ya sabemos a donde conducen.
La Democracia es invilecida en boca del comunista Castillo. Si hasta su mentor, el genocida Abimael Guzmán, hablaba de "democracia". El Perú al igual que Cuba y Venezuela será un títere más del imperialismo comunista. Hasta los Quispe Palomino se frotan las manos en el VRAEM.
¿Qué hacer? Combatirlos y desenmascararlos. No solo no habrá empresas e iniciativas privadas sino no habrá consumidores libres. Estamos a tiempo de explicar y convencer que la propuesta del comunista Castillo no solo será fatal para el Perú de hoy sino del futuro. El comunismo cuando se apodera de un país no lo suelta sino a sangre y fuego. Antes de que esto llegue a producirse debemos evitarlo, ahora que es posible.
Combatamos al comunismo. Castillo no es un simple comunista sino promotor del terrorismo más sanguinario que destruyó el Perú en los 80s y que a pesar de haber sido derrotado militarmente terminó ganando la guerra política e ideológica con el apoyo de ingenuos y cómplices.
Estamos a tiempo¡