jueves, 27 de mayo de 2021

NO TE METAS CON EL POLLO

En 1980 el folclórico comunista Genaro Ledesma (FOCEP)  planteó como propuesta de campaña sembrar trigo en la selva. Ni más ni menos. Atentos que el dúo CASTILLO-CERRON no nos vayan a decir eso para "luchar contra la dependencia alimenticia" a la par de cerrar nuestro mercado a las importaciones.

El libre mercado es la única garantía para avanzar. Si nos cerramos al mundo, ¿quién nos comprará nuestros productos agroindustriales?

Ningún país es autosuficiente y uno de los autárquicos como Corea del Norte pasa frecuentes hambrunas.

Eso nunca lo van a entender los comunistas. El propio Castillo-Cerrón "levanta su voz" contra la importación de papas procesadas y precocidas; pero da el caso que esto no representa ni el 1% de la producción  nacional. Sin embargo sí cabría la posibilidad de algún emprendimiento nacional para procesar papa y venderla en el mercado nacional. Pero para que ello suceda es necesario hacer en un mercado libre y no en una economía estatista.

Acaso no nos acordamos los años del Velascato y los de Saberbein y Vásquez Bazán en los que teníamos que consumir lo que los burócratas querían. Por cierto floreció un mercado negro, propiciado y manejado por muchos de esos burócratas. 

No nos olvidemos del arroz y azúcar a granel de pésima calidad, la carne de res "corte único", las salchichas Vitarica y el Té Toro. Es cierto que hoy que la crisis golpea muchos bolsillosbha aumentado las angustias y estrecheces; pero no olvidemos que con inversiones y el empleo generado volveremos a los años en que soñábamos con un Perú mejor.

No olvidemos que el boom gastronómico fue producto del crecimiento económico que favoreció  a millones, desde agricultores hasta consumidores. Miles de restaurantes han cerrado con la pandemia; los que sobreviven cerrarán con un gobierno comunista. Solo una opción democrática garantizará que este sector y toda la cadena virtuosa resurja. 

El comunismo es una quimera que ofrece un supuesto bienestar pasajero que al poco tiempo se transforma en miseria, hambre y esclavitud. Ojalá que en los valles de Virú e Ica lo entiendan. Ni los subsidios, aranceles o barreras burocráticas  traen prosperidad. Ya lo dijo Luis Carranza; un mercado cerrado solo ocasionará triplicar los precios del pollo, pan y todos los productos hechos con trigo, grasas y aceites y muchos más.

Solo con inversión se logrará vencer a la pobreza y que el Estado, invadido por 20 años por rojos y caviares, cumpla su rol de promotor y supervisor del cumplimiento de las leyes, entre ellas las laborales.

No más Castillos, Cerrones ni Ledesmas. Los peruanos queremos seguir comiendo pollo a la brasa, pan ciabatta y mantequilla. Y aquellos que no lo hacen ahora, lo podrán volver hacer solo en libertad.

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