Mucho se habla de la pobreza y su relación con el llamado modelo económico.
En estos últimos 30 años, tras el desastre de los 80s los diferentes gobiernos se abocaron a impulsar un modelo basado en la economía de mercado lo que posibilitó la iniciativa privada, la inversión, la creación de empleo y por cierto enormes posibilidades de desarrollo y con ello el el avance del Perú lo que se reflejó en una serie de mejoras en los índices de calidad de vida de millones de peruanos.
Es cierto también que hay una serie de bolsones pobreza la que se ha incrementado con la crisis sanitaria y económica derivada de ésta.
Pero no debemos dejar de recalcar el costo que ha representado la corrupción en todos los niveles del Estado que según cálculos llegaría a 80 mil millones de dólares. Los responsables de ello son los mismos enquistados en el gobierno nacional, regional y municipal. Que los comunistas y radicales no vengan a sacudirse de sus responsabilidades después de haber gobernado las regiones más pobres y ni qué decir de los incapaces y corruptos que han gobernado los últimos 10 años y hoy intentan subirse al carro de la dupla explosiva de Cerrón-Castillo.
El modelo económico debe ajustarse. Deben haber cambios pero de manera responsable y no "saltos al vacio" que terminarán de destruir el Perú.
El comunismo no es la solución sino el anfo que hará explotar la economía. Lo que busca no es sino agravar los problemas para vender luego recetas de odio y miseria.
Lo más difícil en los 80s fue liberar la mentalidad del peruano promedio acostumbrado a vivir del Estado. En estos 30 años se ha gestado generaciones de emprendedores a los que el comunismo querrá destruir para volver al modelo colectivismo, de "igualdad en la pobreza" y convertir al Perú en otra Venezuela chavista.
Que no nos vendan sebo de culebra o venenos de colores y de dulce sabor que nos matarán como Sociedad en poco tiempo.
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