lunes, 17 de mayo de 2021

¿SOLO INFANTILISTAS?

En 1964 se produjo la ruptura del comunismo internacional. Lo que sucedía a nivel Internacional entre Moscú y Pekin, se reproducía en nuestro país. Por un lado los "moscos" del PCP (Unidad) de Jorge del Prado y por otro "los pekineses" que se fragmentaron en Bandera Roja, Patria Roja y Pucallacta, todos llamados Partido Comunista del Perú. Del primero de los maoistas se desprende la facción  autodenomida "Por el luminoso sendero de José Carlos Mariátegui" que por largo tiempo fue mirado como un grupúsculo marginal, en jerga comunista les llamaban "infantilistas" e incluso por su alta participación  de mujeres les llamaban "los sacolargos" (sl).

 Tres años antes ya había habido en Madre de Dios un amago de guerrillas de "liberación  nacional". En ese amago el poeta Heraud fue cómplice del asesinado de un policía de la Guardia Republicana. Por cierto esta guerrilla fue financiada y organizada por la Cuba castrista. Fue un fracaso.

El siguiente intento fue en 1965 en diversos frentes e intervinieron gente que luego participó en el Velascato e incluso fueron incluso constituyentes y congresistas en los 80s. La Democracia Boba en toda su imbecilidad. Incluso hubo rezagos que participaron en el grupo terrorista mrta y al menos tres de ellos murieron en Molinos en 1989.

De este grupo de miserables de 1965 destaca De la Puente Uceda que es relievado en cuanto encuentro de comunistas se produce. 

Pero no sería ni el MIR, ni el Frente de Liberación Nacional, ni menos Vanguardia Revolucionaria en sus diferentes escisiones los que desataría el baño de sangre que se iniciaría un día como hace 41 años.

Fue ese grupúsculo comunista maoísta al que muchos no prestaron atención.  Desde la Universidad de Huamanga irradiaron su odio y prédica asesina. No fue casualidad. Se prepararon, tuvieron sus "laboratorios de prueba" en Huanta, Cobriza, Ondores y otros. Captaron jóvenes, profesores e incluso curas a los que infiltraron en alejadas comunidades de Ayacucho. Los infantilistas no participaron en la Constituyente de 1978-1979 y llamaron a boicotear las elecciones de 1980.

Tras el egreso de la "primera promoción de la escuela militar terrorista" y tras un acuerdo del Comité Central, donde participó el alto mando terrorista, se acordó el "inicio de la lucha armada" (ILA). Aún estaba la Junta Militar en el poder, aunque ya de salida. 

En aquellos días en China había una pugna entre bandos, la misma que se había trasladaba a las calles de Lima. Perros colgados de postes de luz con letreros que decían  "mueran los revisionistas"  eran las primeras señales que nadie interpretó a tiempo. Por esos días, la tumba del General Velasco fue volada con una carga de dinamita.

El 17 de mayo de 1980, un  día antes que se celebraran las Elecciones que regresarían a Palacio de Gobierno a  Fernando Belaúnde se  desató la guerra de los malditos comunistas contra el Perú. Las ánforas y padrones electorales del distrito de Chuschi, provincia ayacuchana de Cangallo fueron el blanco y el lugar escogido.

Entre esa fecha y el 28 de julio de 1980 nadie reaccionó. Luego de esta fecha tampoco lo hizo Belaúnde Terry.

La historia ya la sabemos.  No menos de 12 años demoró el Estado en derrotar militarmente al terrorismo al que Belaúnde llamaría en un inicio "abigeos". Tras 10 años, el Presidente Fujimori tomó por las astas el problema y combatió al terrorismo con inteligencia, desarrollo y con las armas. Se estableció  una legislación y tribunales ad hoc y por cierto con mano firme y decisión. Grafica ello lo que ilustra esta nota. El ingreso de Fujimori a la Universidad de San Marcos fue el inicio para que el  Estado empezara a derrotar al terrorismo.

Miles de muertos, miles millones de dólares de destrucción y tras 41 años un pueblo que ha olvidado y que hay algunos que llaman "profesor" a un comunista aliado con los terroristas.

Que el sacrificio de todo el Perú no haya sido en vano. Basta de los engaños de tontos útiles, cómplices y de aquellos que se fueron y hoy quieren desde  afuera indalgarnos a un  comunista.


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