" Tarde o temprano tu radio será un Phillips". Así decía un popular aviso publicitario de esa afamada marca. Así era, no había forma que uno de tus radios de muchas bandas y con FM no fuera de esa marca.
Así de inexorable era. Y nuestro futuro será lleno de miseria y esclavitud si seguimos el camino trazado por el gobierno surgido de las penumbras, en caso termine de consolidarse.
No habrá quien se salve de ese destino, salvo la nomenclatura que surge en todos los gobiernos comunistas.
Aquellos que se crean libres de este final son unos ilusos. Primero serán las restricciones, luego las prohibiciones. Los que puedan terminaran yéndose dejando atrás muchos afectos y cosas; los otros nos quedaremos a luchar, finalmente por nuestra libertad.
Al principio surgirá una aparentemente prosperidad (sobre todo entre quienes menos tienen) "gracias" a los subsidios, bonos y dádivas estatales. Pero como todo tiene su final y "no hay lonche gratis" , todo se acabará con la hiperinflación ya conocida en el Peru.
La clase media será la primera que sufrirá los embates del comunismo. Sus fondos previsionales serán expropiados; sus ahorros licuados y sus propiedades expropiadas; en tanto sus empleos dejarán de existir. Ni qué decir de los emprendedores cuyas mercados se reducirán y sus ventas al mínimo y controladas por el concepto de "precios justos". Ni el pequeño emprendedor se salvará porque cualquier libre iniciativa será "contrarevolucionaria".
Aún estamos a tiempo de cambiar nuestro destino. Es la hora de cada quien, de luchar por sus intereses, por el futuro del Perú y por lo más importante para un ser humano, vivir en libertad.
No dejemos que otros hágan lo que debemos hacer. Si no lo hacemos, después a llorar al río; peor si creemos la prédica comunista que nos vende la idea que todo es producto de un supuesto miedo que no tiene base alguna.
La esencia del comunismo es el empobrecimiento, la dependencia al Estado, el miedo y la inacción. No olvidarlo.
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