El comunicado de la Marina de Guerra del Perú contra las declaraciones vertidas por el comunista que funge de Canciller es de una contundencia tal que ha removido los cimientos no solo de Torre Tagle sino de la propia PCM y por qué no decirlo, del gobierno mismo, a pesar de la aparente fortaleza con que intentan que todo quede como si nada.
La Marina de Guerra del Perú intervino tempránamente en la lucha contra el terrorismo comunista y decenas de sus efectivos dieron su vida. Sin embargo no solo altos oficiales fueron asesinados por los subversivos como el caso de los Almirantes Cafferatta Marazzi, Ponce Canessa y Vega Llona; desde oficiales hasta grumetes dieron su cuota de sangre.
Los que sobrevivieron fueron perseguidos por su contribución a la Pacificación. El caso más emblemático es la persecución que sufren los que intervinieron en el debelamiento del motín de delincuentes terroristas en El Frontón. 35 años después siguen enjuiciados.
Lo dicho por el comunista Béjar es el colofón de lo que ha venido sucediendo en el Peru desde hace casi 21 años. Los enemigos del Peru y de sus Fuerzas Armadas han venido actuando impúnemente desde la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) , el Museo de la Memoria (LUM), el llamado Ojo que Llora, la producción de diverso material escrito y audivisual con el auspicio del ministerio de Cultura e incluso de universidades como la Pacifico.
En el centenario de la Guardia Republicana del Perú (GRP) incluso se tuvo la osadía de estrenar una película sobre la vida del asesino de un miembro de la GRP. Nos referimos al subversivo comunista Javier Heraud, a quien Béjar rindió "homenaje" en su asunción al mando de la Cancillería.
La respuesta tardó pero llegó. Los peruanos y sus Instituciones no podíamos seguir guardando silencio. Esperamos que el Ejército, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional no se queden callados.
La infamia que representa la permanencia de gente vinculada a la subversión terrorista en altos cargos del Estado debe terminar.
La ofensa de Béjar no ha sido gratuita. Es un reto más que han lanzado los herederos del terrorismo genocida.
La respuesta debe ser contundente. Vacancia ya¡
El Perú nunca será comunista ¡
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