Estamos a pocos días de conmemorar 29 años de la caída de la cúpula terrorista senderista. Aquella noche de un sábado 12 de setiembre el Perú sorprendido celebró la noticia. Sin embargo el cabecilla de esa gavilla de comunistas diría aquella vez que su detención era solo "un recodo en el camino".
Tras aquel 12 de setiembre de 1992 el terrorismo siguió golpeando aunque con menos fuerza. La toma de la residencia del embajador del Japón por parte de un grupo de delincuentes terroristas emerretistas fue la última operación importante hasta la ofensiva narcoterrorista en el VRAEM al mando de los hermanos Quispe Palomino, cuya presencia y actuar no puede ser erradicado aún por falta de voluntad política.
Sin embargo, como se ha dicho hasta el hartazgo, la victoria militar sobre las huestes terroristas no tuvo un correlato en lo ideológico y politico. Muchos de los que contribuyeron al resurgimiento del peligro terrorista hoy se rasgan las vestiduras. Todo ello sucedió "gracias" a la influencia de la caviarada en el Estado desde fines del 2000. Los que contribuyeron a la victoria sobre el terrorismo fueron perseguidos, enjuiciados y encarcelados; mientras muchos terroristas recobraron la libertad y la capacidad de movilización e influencia en la Sociedad a través de los medios de comunicación, la penetración en el magisterio y en otros sectores sociales.
El terrorismo senderista y los rezagos emerretistas lograron abrirse espacios a través de fantasmales "frentes de defensa", organismos de fachada y movimientos como movadef, fudepp, proseguir y algunos colectivos. A ello contribuyó sin duda alguna la complicidad de tontos útiles y lo actuado desde la mal llamada "comisión de la verdad y reconciliación " y "el lugar de la memoria" que acuñaron términos como "violencia política y conflicto armado interno"; eufemismos cómplices para referirse al terrorismo que vivimos en los 80s y 90s.
Hoy 29 años después de la gesta del GEIN en el marco del gobierno del Presidente Fujimoti que priorizó y respaldó la lucha contra el terrorismo, volvemos a los momentos iniciales de la llamada "lucha armada" (léase terrorismo). El Estado ha sido penetrado sin rubor y se identifica a elementos vinculados al terrorismo en altos cargos del gobierno actual. La foto mostrada por la periodista Mónica Delta que muestra al Premier Bellido ante un cuadro alegórico al senderismo terrorista y el respaldo del comunista Castillo al ministro de Trabajo, con innegable pasado senderista, son dos muestras que el Perú corre peligro de caer en las garras del senderismo.
No lo permitamos¡
Excelente don tribi no lo permitamos, con información gráfica y lectura de todo lo que hicieron los terroristas por "el pueblo" tal como lo hacen ahora sin armas y dinamita.
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