lunes, 27 de septiembre de 2021

NO A LOS EUFEMISMOS


Tuvieron que pasar 13 días para que con "dolor en su corazón", los filosenderistas permitieran que el cuerpo del cabecilla de la organización comunista sendero luminoso fuera incinerado. Según voceros de este gobierno ni el propio comunista Castillo sabría el destino de las cenizas del asesino Guzmán. ¿Les creemos? 

Así mismo el ministro del Interior Carrasco sostiene que "han desaparecido al mayor enemigo" y que "hay que voltear la página". Carrasco y el gobierno que representa solo habrían tenido que cumplir la ley y ello no constituye ningún mérito. La desaparición física de Guzman por cierto no debería significar ningún "volteo de página" sino por el contrario, la continuación de la lucha ideológica y política, algo que por cierto Castillo y su gente lo vienen haciendo desde hace tiempo. Por tanto será un  imperativo que los demócratas lo hagamos también y señalemos claramente a los cómplices del terrorismo que hoy quieren mimetizarse e incluso tienen el desparpajo de "condenar" algo que no hace mucho aplaudían abierta o asolapádamente.

No debemos bajar la guardia contra quienes usan eufemismos como "conflicto armado interno, luchadores sociales y violencia politica" para referirse al terrorismo y a los delincuentes terroristas. De igual forma los comunistas y sus cómplices se refieren al "terrorismo venga donde venga" en alusión a lo que ellos llaman como "terrorismo de estado" o sea a la lucha antisubversiva que desplegó el Perú.

Incluso con total vesanía señalan que en los 80s y parte de los 80s hubo dos bandos  (las organizaciones terroristas y las fuerzas del orden) y en el medio del fuego cruzado estaba "el pueblo". Nada más falaz. Hubo dos organizaciones terroristas que se alzaron en armas contra el Perú junto con sus cómplices del campo y la ciudad, a quienes la sociedad enfrentó y le encargó a las Fuerzas Armadas y Policía reprimir a esos delincuentes. Cientos dieron su vida en defensa de la Patria y muchos aún sufren las consecuencias de las heridas fisicas y de la incomprensión y olvido de la propia sociedad. A ello se le suma la persecución  a muchos militares por parte de la caviarada, cómplice del terrorismo , la misma que terminó en injustas carcelerias. No nos olvidemos de ello, hoy que esos  mismos perseguidores pretenden engañarnos con falsas posiciones de "condena".

La lucha no ha cesado, por el contrario vuelve a abrirse con mayor fuerza para derrotar de una vez por todas a la mentira, el olvido y el odio que hoy pretenden enarbolar los herederos de los terroristas.


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