Hace casi 32 años, el 26 de enero de 1990 partía rumbo a Alemania para participar en un entrenamiento en el Dresdner Bank AG.
Mi preparación para aquel viaje empezó 3 años antes, cuando inicié el aprendizaje del idioma Alemán, uno de los requisitos basicos para ser seleccionado. Los otros experiencia laboral y estudios, los cumplía.
En aquel tiempo teníamos que averiguar todo a través de medios como revistas, periódicos y a través de la experiencia otros, como fue mi caso que aproveché la experiencia de mi amigo Rudy, quien había participado en el mismo entrenamiento tres años antes.
En una época donde no había Internet, ni medios digitales y redes sociales; por cierto todo fue sorprendente. Recordemos que en enero de aquel año estábamos al borde del precipicio y salir de un país en caos a un mundo que "funcionaba" fue un giro de 180 grados.
Sobre mis experiencias y recuerdos ya he escrito anteriormente. Dejé amistades, un buen recuerdo en el Dresdner Bank y sobre todo traje una capacitación que lamentablemente no pude aportar al banco donde trabajaba, Banco Industrial del Perú, pues éste colapsó al poco tiempo.
Por cierto a quiebra fue producto del desastre de los 80s, "ejemplo" que hoy este desastroso desgobierno desea repetir.
Sin embargo, aquella época no dista de ser diferente a la cual. Vivimos un mundo atribulado por una enfermedad, aún sin cura; en aquella época existía el peligro del VIH y tras la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la DDR y la URSS, la guerra en el mundo pendía de un hilo. Hoy la probabilidad de una guerra entre Rusia y Ucrania prende las alarmas en el mundo.
El mundo en 1990 no sé si era mejor o peor que el del 2022; lo que sí parece es que hoy está más integrado y comunicado. Cualquier amenaza se conoce al segundo mientras que en 1990 teníamos que esperar los cables de las agencias noticiosas o quizás alguna comunicación vía satélite, que era costosa y demoraba por cierto.
1990 fue el año de quiebre para el Perú. En junio un desconocido Alberto Fujimori ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y en julio encabezaba la Resurrección del Perú tras años de terrorismo y crisis. El entonces Ministro de Economía Hurtado Miller al anunciar el 8 de agosto una serie de medidas económicas, pidió ayuda Divina ("Que Dios nos ayude") . Y vaya que fue escuchado. El desastre originado "gracias" a un iluso arquitecto y a un joven inexperto (germen engendrado en 1963) fue revertido.
Hoy estamos parados de nuevo en la cornisa, en peligro de caer a un abismo. ¿Habrá otro Fujimori o millones mirarán la migración en masa -tal como los venezolanos- como la única salida para escapar del comunismo?
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