Tras la heroica resistencia en San Juan, Chorrillos y Miraflores el 17 de enero de 1881 las tropas chilenas ocuparon Lima, tocándole el baldón de entregar la plaza al entonces alcalde Rufino Torrico.
La ocupación duró hasta el 23 de octubre de 1883, tras la firma del Tratado de Ancón. Tras ello quedó un rastro de destrucción y muerte.
La ocupación de Lima fue consecuencia de la traición y incapacidad de los gobiernos que precedieron a la Guerra del Pacifico. Luchas cainitas y decisiones no tomadas permitieron que el Perú llegara indefenso al inicio de una guerra que se venía cantada (5 de abril de 1879).
Hay quienes dicen que hay que "olvidar" y mirar hacia adelante. Cómo hacerlo si hoy repetimos la historia y entregamos ya no solo Lima sino el Perú al comunismo.
La desunión y la traición prima. Un genocida y corrupto Lagarto propició esto y preparó el camino para la llegada de un gobierno ilegal e ilegítimo, que está destruyendo las bases de la República con la complicidad de diversos personajes y el miedo de quienes deberían tomar decisiones. De qué sirven esas charreteras cargadas de medallas y juramentos a viva voz si no cumplen con sus deberes patrióticos.
PppLa ocupación de Lima duró casi 3 años , tras la cual quedó arrasada y el invasor robó innumerables obras de arte, valiosos libros y otros. Tras la caída de Lima, la destrucción no se limitó a la capital sino a todo lo que significara progreso y desarrollo.
Hasta el Presidente Garcia Calderón fue secuestrado y enviado a Chile. A él se le conoce como el "Presidente Cautivo".
Pero no todo fue traición y cobardía. Cáceres y su ejército irregular de montoneros puso en jaque a los invasores y demostró que sí se podía seguir luchando. Este ejemplo debe ser el faro que ilumine a aquellos que no se han rendido al proyecto comunista y prosigue en la lucha por liberar al Perú de la corrupción e incapacidad.
La Historia debe ser recordada y por tanto no olvidarla. La Historia se repite con diferentes actores y circunstancias.
A seguir en la lucha por vivir en Libertad y Democracia.
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