Siempre hemos escuchado sobre "la puntualidad inglesa" aunque no sea exclusividad de solo los ingleses, sino es parte de la vida diaria de todos los países civilizados.
Ser puntual es respeto por el tiempo de los demás y ello tiene un correlato con la Economía. "Time is money" es un popular dicho y el hecho de tener tiempos muertos mientras esperamos a un impuntual ocasionan pérdidas económicas que muchas veces no son avizoradas por la mayoría de personas que viven en sociedades donde ser puntuales no es una exigencia. Recuerdo una visita que hice a unos amigos en Hamburgo. Ellos vivían en las afueras de la ciudad y muy cerca a su casa -a pocos metros- estaba el paradero del bus. Al despedirme ellos me preguntaron por qué salía tan pronto pues no tenía por qué hacerlo ya que el bus pasaba a las 8.48 pm. Esperé entonces y tres minutos antes, me despedí y crucé la pista. A las 8.48 pm apareció el bus, paró y subí. ¿Cuándo podremos tener una experiencia como ésa en Lima?
Desde niño me acostumbré a ser puntual. Contadas veces llegué tarde al colegio y luego a mis centros de trabajo. Cuando tuve que ejercer labores de mayor importancia y responsabilidad me autoimpuse horarios que empezaban muy temprano (6.30 am) y concluían muy tarde. No lo hacía porque no supiera administrar mis tiempos sino porque siempre había algo más que hacer. El secreto de ello era que me gustaba lo que hacía y entre el tiempo que duraba la jornada tomaba algunas pausas que ayudaban para "recargar las pilas".
La puntualidad, sin embargo, no debe aplicarse solo a momentos "importantes" como el trabajo o estudio. La vida diaria exige el cumplimiento de plazos y tiempos. Volviendo a mi experiencia en Alemania, es muy común que se haga una cita ("Termin") para por ejemplo el 13 de agosto a las 6.00 pm y llegado ese día nos encontraremos con nuestra amistad. Es impensable, salvo fuerza mayor, que esto no suceda.
En el Perú fue desgraciadamente famosa "la hora Cabana" impuesta por un ex presidente, el corrupto Toledo. Nunca llegaba puntual y cuando aparecía lo hacía con enormes retrasos y con la pinta de haberse amanecido consumiendo alcohol, como era muy a menudo.
En aquellos días se hablaba de que el Perú funcionaba con "piloto automático", aunque valga verdades tuvo ministros capaces que lograron que el Perú siguiera el rumbo iniciado en 1990. Qué diferencia era el actuar de Toledo con el del Presidente Fujimori, quien trabajaba hasta tarde y desde muy temprano despachaba con sus ministros o viajaba por todo el Perú supervisando la marcha de las obras emprendidas. No por algo el Perú pudo resucitar.
Ser puntual es una virtud que debe ser impulsada desde niño. Cambiar el chip de las nuevas generaciones no solo originarán un impacto económico positivo sino sobre todo hará que la convivencia sea mejor, respetando a nuestro prójimo.
Foto: Deutsche Welle
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