Ayer Luis García Miró titulaba su leída columna diaria en Expreso diciendo que "la podredumbre se desborda", ante la inacción de los congresistas, la complicidad de algunos y la pasividad de una ciudadanía adormecida ante tanta corrupción.
A lo dicho habría que agregar que el centro desde donde emerge tanta miasma es el Palacio de Gobierno. El desagüe ha colapsado; cada día salen a la luz diversas denuncias sobre corrupción cual heces y aguas turbias . El Perú urgente necesita "un gasfitero" que desatore ese pozo séptico en el que se ha transformado el centro del poder corrupto.
A ese "gasfitero" no le debe temblar la mano y dejar de escudarse en legalismos. "El presidente no puede ser acusado en su periodo gubernamental" dicen algunos constitucionalistas "amigos" del poder de turno y otros a los que les tiembla todo el cuerpo ante la mera posibilidad de enfrentar de veras a la corrupción.
El Perú no puede seguir siendo "gobernado" por una gavilla de corruptos. Los fiscales y jueces deben ponerse los pantalones y pedir los apercibimientos contra todos los involucrados y el comunista Castillo no puede seguir un minuto más destruyendo el Perú. Así lo pide la gran mayoría de peruanos, muchos de los cuales se expresan valientemente en las calles.
La salida es sin duda la realización de nuevas Elecciones Generales pero no como quiere la caviarada, para retomar lo que el siempre certero Fernan Altuve ha bautizado como "La República Caviar". La Constitución establece claramente qué hacer. La vacancia del comunista Castillo y la de su socia Boluarte, que algunos quieren que sea la heredera; es el primer paso. Luego deberá haber un procedimiento excepcional -como lo hubo en el año 2000- para que el Congreso acorte su mandato y con ello se permita la realización de las mencionadas Elecciones Generales.
Tras la salida de Castillo y Boluarte deberá haber un interín transitorio presidido por una nueva Presidente del Congreso, que a nuestro entender debería ser la Doctora Gladys Echaiz, cuya labor debería enfocarse en fumigar el Poder Ejecutivo, llevar a cabo las Elecciones con nuevas autoridades del Sistema Electoral y estabilizar al Perú convertido en un paciente en Unidad de Cuidados Intensivos.
Los próximos años deberán ser parte de un proceso de Reconstrucción Nacional tal como sucedió en el periodo 1990-1995. Estamos a tiempo de no caer en el precipicio comunista. Es hora de medidas extremas; tal como dice mi amigo Jaime, ¡pena de muerte para los corruptos de alto vuelo!
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