jueves, 8 de julio de 2021

MACONDO

¿Qué decir ante tanto sinsentido? Ya no será la interrogante de Zavalita sino la convicción  que "estamos en el Perú". Aquel país que estaba ad portas de la OCDE y hoy "postula" a formar parte del círculo maldito del castrochavismo.

Solo aquí un candidato con las mejores calificaciones puede recibir 6 votos de 130 posibles o alguien que dice que "30x7=221" puede querer ser Presidente gracias a un proceso fraudulento. 

Solo en el Perú un gobierno regional puede albergar en su seno a una organización criminal y hasta hoy ni el Ministerio Público o la Controlaría General de la República no lo interviene.

Solo en el Perú el Estado puede ser manejado por una minoría que nadie eligió  y lo hace desde hace 21 años.

Qué decir de un país donde se exige maestrías para ser funcionario de quinto nivel pero cualquier iletrado puede ser congresista o un juez suplente termina dilucidado si el golpe de Estado vizcarrista fue legal o no.

En el Perú puede llover hacia arriba y a nadie debe sorprender.  Aquí no valen mérito alguno si no eres amigo del doctor Chantada. En el Perú no importa si sabes leer o escribir si eres parte del poder de turno. 

Aquí puedes morirte si no tienes la suerte de ser tratado a tiempo por un sistema de salud ineficiente o pasar meses en cárcel porque no tuviste un abogado que vió tu caso.

Dueles Perú.  Aquí la decencia y el honor no existen. Puedes quedarte en un puesto con meses de mandato vencido porque " así es". "Nos llega" qué diga la ética. Los "alpinchistas" son los que deciden qué hacer o a quién elegir.

El Perú es el país de la hiperinflación, de los muertos que votan, de los miles de muertos por covid por culpa de sinvergüenzas que se vacunan 3 veces, de sentencias "Taylor made", de "presidentes" que hablan de decencia pero tienen hartos "anticuchos" y de primeras damas y secuaces que tienen agendas con harto número sin explicar. Somos el país de los tránsfugas sin haber jurado y de los exministros que nos dicen "la solución" al día siguiente de haber calentado asiento y no haber hecho nada. La autodenominada "reserva moral" oenegera caviar "bendicen" presidentes o lo qué sea con sus chalinas verdes y ahora sombreros, debajo de los cuales hay banderas con hoces y martillos.

Fuimos el "tigre del Pacifico " y ahora estamos a punto de ser inelegibles y lo peor de todo es que todo "estaba cantado".

Estamos a tiempo. No heredemos un páramo, una cloaca o una pira crepitando donde nuestros sueños de Perú Bicentenario mueran inexorablemente.


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