¿Qué decir ante tanto sinsentido? Ya no será la interrogante de Zavalita sino la convicción que "estamos en el Perú". Aquel país que estaba ad portas de la OCDE y hoy "postula" a formar parte del círculo maldito del castrochavismo.
Solo aquí un candidato con las mejores calificaciones puede recibir 6 votos de 130 posibles o alguien que dice que "30x7=221" puede querer ser Presidente gracias a un proceso fraudulento.
Solo en el Perú un gobierno regional puede albergar en su seno a una organización criminal y hasta hoy ni el Ministerio Público o la Controlaría General de la República no lo interviene.
Solo en el Perú el Estado puede ser manejado por una minoría que nadie eligió y lo hace desde hace 21 años.
Qué decir de un país donde se exige maestrías para ser funcionario de quinto nivel pero cualquier iletrado puede ser congresista o un juez suplente termina dilucidado si el golpe de Estado vizcarrista fue legal o no.
En el Perú puede llover hacia arriba y a nadie debe sorprender. Aquí no valen mérito alguno si no eres amigo del doctor Chantada. En el Perú no importa si sabes leer o escribir si eres parte del poder de turno.
Aquí puedes morirte si no tienes la suerte de ser tratado a tiempo por un sistema de salud ineficiente o pasar meses en cárcel porque no tuviste un abogado que vió tu caso.
Dueles Perú. Aquí la decencia y el honor no existen. Puedes quedarte en un puesto con meses de mandato vencido porque " así es". "Nos llega" qué diga la ética. Los "alpinchistas" son los que deciden qué hacer o a quién elegir.
El Perú es el país de la hiperinflación, de los muertos que votan, de los miles de muertos por covid por culpa de sinvergüenzas que se vacunan 3 veces, de sentencias "Taylor made", de "presidentes" que hablan de decencia pero tienen hartos "anticuchos" y de primeras damas y secuaces que tienen agendas con harto número sin explicar. Somos el país de los tránsfugas sin haber jurado y de los exministros que nos dicen "la solución" al día siguiente de haber calentado asiento y no haber hecho nada. La autodenominada "reserva moral" oenegera caviar "bendicen" presidentes o lo qué sea con sus chalinas verdes y ahora sombreros, debajo de los cuales hay banderas con hoces y martillos.
Fuimos el "tigre del Pacifico " y ahora estamos a punto de ser inelegibles y lo peor de todo es que todo "estaba cantado".
Estamos a tiempo. No heredemos un páramo, una cloaca o una pira crepitando donde nuestros sueños de Perú Bicentenario mueran inexorablemente.
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