Es común escuchar que en las Fuerzas Armadas y Policía Nacional "las órdenes se cumplen sin dudas ni murmuraciones". Y es así que ello deba ocurrir de esta manera pues sino sería el caos en pleno zafarrancho de combate. A nadie en su sano juicio se le podría ocurrir que dicha orden debería ser votada y ejecutada solo si ha logrado "consenso".
Sin embargo cabe entender que detrás de una orden hay planes y contingencias evaluadas por un Estado Mayor. Nada está dejado al azar y quienes finalmente toman decisiones están capacitados y con la experiencia debida. En sus decisiones está la vida no solo de quien las toma sino de sus subordinados.
Las Fuerzas Armadas y Policía Nacional no son deliberantes y están supeditadas a lo que manda la Constitución y están subordinadas al Presidente de la República o quien cumpla esta función en su calidad de Jefe Supremo a quien le deben respeto y obediencia.
Pero, ¿qué sucedería si el Presidente fuera producto de una elección ilegal y/o ilegitima? ¿Las Fuerzas Armadas y Policía Nacional deberían callar y obedecer a un poder írrito o por lo contrario apoyar el restablecimiento del Orden Constitucional a través de un interregno, tras el cual nacería de las urnas un nuevo gobierno legítimo?
En las diferentes opiniones que he escuchado, la mayoría se refiere al respeto a la voluntad popular y en caso finalmente el Jurado Nacionsl de Elecciones decida a "un ganador" producto de un fraude, habría que "respetar" ello aunque no cumpliera con los estándares de una elección justa y transparente. Algunos hablan de "resistencia ciudadana " que resultaría una quimera si quienes detentan el uso de la la fuerza no respetarían y apoyaran el derecho contemplado en el artículo 46 de la Carta Magna.
Debemos entender que el respeto al Orden Constitucional implica garantizar la continuidad democrática del Perú y no la imposición de un sistema opresor de la libertad y de los derechos fundamentales. Cualquier alteración de ello, ¿ debería ser enfrentada no solamente con la fuerza de la Ley?
Frente a algunas voces como la de Isaac Humsla que habla de "insurgencia" o la de Anibal Torres que amenaza con "baños de sangre" en caso no se imponga el fraude comunista, los demócratas tendriamos el deber de responder sin duda alguna.
No seamos babosos y menos blandengues a la hora de defender al Perú.
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