miércoles, 27 de octubre de 2021

VAGANCIA

Trabajé 8 años en el Estado en los 80s y comienzos de los 90s y volví a prestar mis servicios a él por pocos meses en el 2004 y en el 2015.

Conocí buenos trabajadores que aportaron sus conocimientos con pleno conocimiento de lo que representaba ser "servidor publico"; pero también a "los otros", ésos que hablan solo de "derechos laborales" pero no son conscientes de que ante todo tienen DEBERES.

Anteayer el comunista Castillo habló de "trabajar y de vagancia". Qué ironía¡ El menos indicado se refirió a ello. Un "maestro" que se la pasó siete años con licencia sindical al estilo de los "sindicalistas" que conocí en los 80s.

Y como el mal ejemplo cunde en las más altas esferas, qué me podía sorprender ver ayer a tres miembros del Cuerpo Diplomático tomar "cafecito" frente a Torre Tagle a las 11:55 de la mañana, por un lapso no menor a 40 minutos.

No dudo que haya trabajadores en Relaciones Exteriores que "la suden" y justifiquen los miles de soles que reciben mensualmente pero qué mala casualidad que me toque ser testigo de estos "chambeadores" (no son los únicos, por cierto; dénse una vuelta en las mañanas y tardes por  alrededores de Torre Tagle y por Lampa 535). Y ni qué decir de la gestión de los cónsules en USA al inicio de la pandemia o en aquel lejano junio de 1990 cuando el Cónsul de Perú en Frankfurt me mandó a rodar porque solo trabajaba hasta las 14 horas y tuve el "atrevimiento" de querer que me atiendan un  viernes a las 13:55 horas. ¿ Tanta mala suerte la mía?

Mucho se habla de la fama de Torre Tagle. Grandes hombres han servido a ella como Porras, Tudela y otros. Un equipo de Relaciones Exteriores defendio con éxito los intereses del Perú en La Haya y tantas otras ocasiones. Sin embargo hay casos que merecen un buen "lavado de cabeza con champú Clinic" ( como decía una publicidad en los 70s).

Desgraciádamente en los últimos 20 años mucho ha desmejorado en nuestra Cancillería. Los llamados "embajadores politicos", en muchos casos han rendido poco con honrosas excepciones y ha habido cancilleres para llorar como el comunista Béjar.

La labor de Relaciones Exteriores es primordial para la Seguridad y Desarrollo de un país. Sin ellos nuestros intereses peligran y con gente incapaz y poco afecta al trabajo, idem.

Esperemos qué este mal ejemplo, del cual fui testigo ayer, sirva para "poner el dedo en la llaga". Canciller Maurtua, hágase una. Ponga orden¡

Congresista Bustamante, ¿tiene algo qué decir o "que siga la bola"?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario