Ayer el congresista comunista Herrera partió a la Vida Eterna. Eso esperamos. Su muerte se produjo de forma sorpresiva, aparentemente por causa natural.
San Juan Bosco decía que deberíamos vivir cada día como si fuera el último de nuestra vida. Eso significa que deberíamos hacer el bien cada día y estar preparados para irnos a dar cuenta a Dios en el momento que ello se produjera.
Esperemos que el congresista Herrera haya podido arrepentirse de cualquier pecado antes de iniciar el tránsito a la Eternidad, no obstante su pertencia a una organización política que promueve los ataques contra la Fe. Es sabido que el comunismo llama a la religión como "el opio del pueblo". No lo olvidemos ello y menos permitamos que la jerarquía de la Iglesia Catolica sea comparsa de quienes auspician desde el gobierno el proyecto comunista que incluye la destrucción de la Iglesia Católica.
Tampoco podemos ignorar la pertenencia de Herrera al movadef, fachada del terrorismo, la misma que fue confirmada con su fi rma en los padrones con los que esta organización pretendía ser reconocida como partido político.
La partida de todo ser humano es lamentable y por ello nos reafirmamos en la defensa irrestricta de la vida de seres humanos no nacidos frente a los intentos de sectores minoritarios que buscan legalizar el aborto, sectores que son afines al pensamiento neomarxista.
Sea esta nota un pedido ante Dios Todopoderoso por el alma de quien en vida fue el congresista Herrera y reafirmar la defensa y promoción de la Fe, los Valores y la defensa de la Democracia frente a los intentos de organizaciones comunistas por destruirlos.
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