El Perú nunca deja de sorprendernos y más aún las autoridades que son electas para representarnos y trabajar para la sociedad.
Es el caso específico del distrito de Magdalena del Mar en donde su Alcalde ha emprendido una "vigorosa" campaña de cierre de negocios de todo tipo porque "no cumplen con las normas municipales".
¿No hay otra salida? El Municipio no es el ente promotor y amigo de quiénes arriesgan su capital y crean empleo. Desgraciádamente, al parecer, "da mayores réditos" destruir qué ayudar a crear riqueza.
Sin embargo no todos son medidos con la misma vara. En la céntrica avenida, Leoncio Prado a pocos metros del Bulevard José Gálvez un par de negocios de fritangas hacen uso y abuso del espacio público, incluso impidiendo el pase de los peatones, obligando a transitar por la pista poniendo en riesgo sus vidas.
Lamentable que ello suceda y que un Alcalde no camine las calles para ver qué sucede en su distrito, máxime que es un distrito que se puede recorrer a pie sin mayor problema.
El alcalde en mención fue electo, dicen los entendidos, de casualidad. "De chiripa", como dicen los, antiguos criollos. Fue beneficiado por el arrastre del alcalde Metropolitano que postulaba por el mismo partido político y sin hacer campaña e incluso sin ser conocido por los vecinos salió electo.
Ya van casi ocho meses de gestión (?) y gran parte de los vecinos manifiestan su molestia ante los nulos resultados. A modo de anécdota, los primeros días de su mandato paseó unas grúas que servirían para hacer cumplir las normas de estacionamiento y llevarse a un depósito municipal a los autos infractores. La verdad, nunca más vi en acción a esas grúas.
Desgraciádamente somos muy dados a quejarnos pero no a elegir bien. ¿Hasta cuándo?
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