Cómo la cosa fuera tan sencilla como cuando la Profesora Irene cambiaba los finales tristes de los cuentos que narraba a sus menores hijas.
Irene pese a regresar de la escuela cansada, siempre tenía tiempo para sus hijas, algo que hoy es cada vez menos frecuente, lamentablemente.
Cuando sus hijas le preguntaban por qué había hecho esos cambios, Irene respondía que las historias eran susceptibles de ser modificadas.
Hoy nuestro país vive momentos difíciles. Necesitamos muchas Irene que cambien las falsas historias recreadas por la progresía. Acabemos con conceptos falaces y cómplices como "conflicto armado interno".
Basta de odio esparcido por intereses antipatria que quieren destruir al Perú. Cambiémos las primeras páginas y titulares fabricadas con lo que el ingenio popular llama "mermelada".
Estamos a punto que el Orden Constitucional sea quebrado por quienes desean sembrar el caos e instaurar el chavismo en nuestra Patria. No permitamos que quiénes no han sido elegidos sigan manipulando a un gobierno que ya no da más y pretende patear el tablero como una forma de "escapar hacia adelante".
El legado de heroísmo, sacrificios y sangre de nuestros héroes y mártires, de los Próceres y Precursores no puede ser destruido.
Profesora Irene cambie el final que pretende escribir el comunismo y sus cómplices.
Qué en el Bicentenario podamos decir, "Firme y Feliz por la Unión".
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