miércoles, 31 de marzo de 2021

11 DE ABRIL

Estamos a 12 días de las elecciones, trascendentales de cara a un futuro mejor.

Voté la primera vez en 1980 y entre 1983 hasta 1989 fui miembro de mesa. Nunca me corrí de ese deber cívico.  Fui a cuánta capacitación había. Siempre estuve entre los primeros en llegar y en los primeros en irme porque el sentido común me hacía trabajar en orden y con un esquema previo a fin de escrutar eficientemente.

Hoy con adelantos tecnológicos seguimos llenando las actas "a mano" y adelantos como el voto electrónico y el envío de los votos por correo son una quimera debido a la incapacidad de generar confianza y de establecer mecanismos de control que eviten probables fraudes informáticos.

Estamos en plena pandemia y se ha establecido horarios escalonados (de 7 a 19 horas). Hay más mesas, más centros de votación, más miembros de mesa  y si antes los partidos más organizados cubrían un 60% de personeros necesarios, ahora ¿cuánto será ese porcentaje? ¿Qué garantía de elecciones limpias hay?

A todo ello se suman partidos políticos que cada dia son menos estructurados, incapaces de organizar sus ejércitos de personeros y toda la logística necesaria para llevar a cabo un cómputo paralelo al 100%

Si cuando el horario de las elecciones se cerraba a las 16 horas y en promedio los miembros de mesa terminaban su trabajo a las 8 de la noche, ahora a qué hora se acabará, ¿11 de la noche? 

¿Los locales de votación tendrán energía eléctrica? ¿Habrá la seguridad suficiente?

¿Estamos ante un escenario en la práctica poco seguro por no decir nada seguro de hecho, más allá que ello sea producto de la voluntad de alguien?

El papel de Instituciones como OPNE, los Jurados Electorales y los miembros de mesa será clave para que estas elecciones sean limpias y transparentes y por ende reflejen la voluntad popular.

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