sábado, 6 de marzo de 2021

MENU DIARIO

Mi relación con los menú han variado a lo largo de mi vida. Cada etapa tiene sus recuerdos. Sabores variados pero a Dios gracias nunca faltó el mikuy. 

Durante el colegio primario no tuve necesidad pues soy de la generación que estudiaba mañana y tarde teniendo una pausa para almorzar en casa. 

Ya cuando estuve en el Aspirantado Salesiano sí almorzaba el menú que preparaba Don Pauta. Eran tradicionales los frejoles negros con pescado frito, la polenta, el Trigor guisado, los Tallarines Verdes y otros potajes cuyos sabores me trasladan a 1973 y 1974, tal como recordaba cuando hablaba con mi Hermano Salesiano Jorge Cobo Calderón, el único futbolista a quien vi jugar con los chimpunes sin amarrar en la cancha barrosa del Oratorio de Magdalena y nunca se cayó. Jorge fue uno de mis Hermanos en la Fe con quien compartí aquellos años, en los que como él recordaba, el queso se "evaporaba". El sabe qué pasó en aquellos días.

Los otros años de la Secundaria almorcé en casa a la salida del colegio.

En la Universidad tampoco tuve la necesidad de comer fuera de casa salvo cuando practiqué en Nicolini Hermanos cuya cocina estaba a cargo del Maestro Vargas. Almuerzos contundentes que compartí con mi Familia Nicolini.

Cuando empecé ya mi práctica y posteriormente ya como parte de la Familia  del Banco Industrial iba al comedor cuya concesión la tuvo durante mucho tiempo Roberto Consentino. Al mismo lo volví a encontrar el año que trabajé en el Congreso de la República (2000-2001).

Cuando estuve en Alemania fui al comedor ("Mensa") de la Universidad de Freiburg y de Hamburg las que por un costo equivalente a 2 dólares ofrecía 5 tipos de menú incluyendo una versión  vegetariana. Ya cuando estuve en el Dredner Bank fui al comedor del banco (Kantine) que ofrecía una variada y muy buena alimentación que corría por cuenta del banco.

En otros años que trabajé en el Sector Vivienda en CONATA iba al restaurante Koala o a El Torreon ambos en la cuadra 5 de  Jirón Camaná y cuando estuve en el propio ministerio iba al comedor que estaba en el edificio Petroperú, por cierto del que tengo el peor recuerdo. Malo y caro.

Ya luego mis actividades me han llevado por Magdalena donde voy a Mezzanine (San Martín 484). , Lorenzo (esquina Av Sucre con Jr. Salaverry) o Trotamundos (Jr Salaverry junto al Lorenzo) cuyos platos estrella son el Lomo Saltado, la sopa Shambar y el Arroz con Pollo respectivamente.

El menú muchas veces es como "la carabina de Ambrosio" sobre todo cuando uno va a un lugar sin conocerlo. Algunas veces sorprenden para bien como para mal. Y al respecto no se equivoquen. Que mucha gente vaya a un lugar no quiere decir que convalidan la calidad de la comida. Una de las "mentiras universales gastronómicas" es la llamada "sopa de casa", que  dan ingratos recuerdos.

Sin embargo los tres mencionados en Magdalena son recomendables.  Cada uno en su estilo satisfacen mis espectativas.

Un menú no tiene por qué ser caro pero recuerden que existe una relación  calidad/precio. No pidamos "Lima y Callao" por pocos soles y encima reclamemos vuelto. Sin embargo hay para todos los bolsillos, felizmente.

Hoy en día hay variedad y todos los restaurantes tienen opciones para combinar. En los criollos siempre habrá una Menestra, un guiso o algunas frituras además de las entradas clásicas como la Papá a la Huancaína, Ocopa, Causa, alguna sopa y no siempre ensaladas satisfactorias. Eso sí todos los restaurantes dan refresco a discreción.

MEZZANINE, valga decirlo, se distingue por la calidad de sus platos  gourmet que pesa ser parte de un menú son excelentes en calidad y cantidad; los de la carta, ni qué decir.

Encontrar un restaurante con buen menú es una suerte que no siempre es duradera. O la ida del chef o las alzas de precios se confabulan con la calidad constante; sin embargo si el empresario sabe escuchar, siempre estará al tanto de nuestras sugerencias y por qué no de nuestros reclamos. 

Finalmente, no olvide si está por Magdalena, cerca a la Av. Brasil los tres mencionados son su opción (los precios varían entre 10 y 17 soles, aunque el de 17 de Mezzanine justifica ampliamente la diferencia de precio).

No deje el "ambrosoli" a su suerte.  Averigüe, testee y elija bien. La calidad ďel "manyute" no es cosa sin importancia.

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