Hoy parto rumbo al Centro del Perú a cumplir una tarea cívica. Al pasar por La Oroya vendrá a mi memoria un viaje que hice en 1982 cuando mi amigo y compañero de estudios Óscar Zevallos me invitó a ir a vender libros que editaba en su empresa Centauro Editores.
En julio de ese año participé en la mítica Feria del Hogar en el pabellón Recrea Didacta. Pese a ser el último pabellón antes del Gran Estelar, donde se presentaban grandes artistas, pudimos vender varias centenas de libros que venían en pack (Razonamiento Matemático y Verbal). Digo esto porque la gente llegaba a nuestro pabellón ya con poco tiempo y dinero. Pese a no tener experiencia en ventas, me fue excelentemente por lo que Óscar me pidió que fuera con él -al finalizar la Feria- a vender libros La Oroya
En la Feria del Hogar también fueron parte del equipo Fernando, hermano de Oscar, su hermana Adela, un par de señores con experiencia en ventas, Marcelo, un mochilero argentino nacido en la austral ciudad de Ushuaia y el gran estratega marketero Alfredo Camino.
Partimos en quincena de agosto llenos de libros y con la firme convicción de vender. Para mi sorpresa, en La Oroya se leía mucho y tenían un alto interés en educarse. Caminamos por toda La Oroya, subimos por sus empinadas escaleras y recorrimos los campamentos mineros. Pese a la altura y el aire contaminado que dificultaba desplazarnos y respirar, vendimos muchos libros pero todo a crédito para pagar al fin de mes.
Regresamos en la fecha prevista y logramos cobrar todo. Cero morosidad.
Para las ventas nos quedamos en La Oroya como 10 días y para las cobranzas tan solo 3 días. Recuerdo que una de las noches de descanso fuimos a un cine a ver Muerte en el Nilo, película basada en una novela de Agatha Christie, una entretenida pelicula que nos hizo olvidar la dureza de la banca donde nos sentamos y el frío que se colaba por las cortinas que fungían de puertas.
Han pasado casi 40 años y La Oroya se debate en una grave crisis. La Planta Metalúrgica está parada y requiere una reconversión . Atención Rafael López Aliaga¡
De aquellos años quiero resaltar a Óscar Zevallos García, un emprendedor que se adelantó a su tiempo. Con sus libros mencionados, miles pudieron prepararse e ingresar a la universidad. Oscar tenía mucha experiencia en la enseñanza preuniversitaria. Sin remor a equivocarnos ambos libros son unos de los más vendidos en su estilo a lo largo de la historia editorial. Sin embargo su fuerte fueron los libros para la educación preescolar (Deditos y Happenings) para niños de 3 a 6 años. Así mismo fue el primero en importar y vender material educativo en el Perú de la afamada empresa colombiana Norma. Hoy Óscar sigue en el rubro.
Otro a quien quiero rendir mi homenaje es al argentino Marcelo, un joven lleno de sueños, a quien nunca volví a ver. Donde esté espero que esté bien. Tenía todo para triunfar, sobre todo agallas. Y por cierto recuerdo a una joven que conocí tratándole de vender. Se llamaba Milagros Ferreyra, quien con el tiempo se convirtió en una especialista en tratamiento de niños con problemas de Audición y Lenguaje. Por unos años nos frecuentamos y recuerdo las fiestas que organizaba en su casa de Pueblo Libre y de las cuales recuerdo las canciones de B52, Fiesta sin Limite y Idaho Privado.
Hoy partiremos a la tierra donde descansan los restos de mi padre, que siendo Huanca, Dios hizo que ahí fuera su última morada.
Así como hace casi 40 años cuando partí lleno de ilusiones a la zona central del Perú, hoy lo hago con la Fe de que aportaré en algo al triunfo de Rafael López Aliaga y para que mi amigo José Antonio Anderson (el 3 de Renovación Popular representando a Junín) logre ser Congresista para el periodo 2021-2026. José es un gran hombre y no dudo que su elección sería un enorme acierto.
Que así sea¡
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