Vivimos en un mundo de apariencias en donde pareciera que se combatiera a la corrupción o hay una presidente que gobierna. Ni uno ni otro caso; ¿sino cuántos corruptos ya han purgan condena o qué obras se viene ejecutando en estos seis meses?
Tenemos un Estado infestado de funcionarios nombrados por el ladrón comunista pero hay ministros que recien "perciben indicios" de corrupción.
A diario hay asaltos, asesinatos y extorsiones pero no hay resultados (o muy pocos). La delincuencia organizada sigue campeando en todo el Perú mientras la prensa informa sobre los cabecillas y las modalidades de los delitos pero los que deben combatir el delito no se dan por notificados.
Hay denuncias a diario por doquier con amplia sustentación pero seguimos escuchando a decenas de caraduras decir que "hay que investigar".
Puno sigue tomado por subversivos con apoyo boliviano pero nadie hace nada al respecto. Todo parece, nadie ni nada es realidad.
¿Qué esperamos para exigir que las autoridades gobiernen y los jueces condenen a los delincuentes? En el Congreso nada es diferente. La mayoría se mueve a velocidades de tortugas escleróticas y simulan "trabajar". Los "niños y mochasueldos" se protegen entre sí y el dicho "otorongo no come otorongo" es cada vez más cierto.
¿Qué hacer para que lo que parezca, sea? Presionar, alzar la voz. Muchos intereses han amansando a la opinión pública y la mayoría se "ha comido el cuento" de que no hay que hacer nada o que es preferible el status quo a cambiar las cosas porque hay que "preservar la estabilidad".
Hay un lema de los bravos Comandos del Ejército ("ser y no parecer") que debería tener vigencia en la Sociedad. Que los que combaten el delito, lo hagan y la Presidente gobierne; sino, tarde o temprano el desagūe explotará y las miasmas y aguas servidas nos terminarán por ahogar.
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