Hay muchas reformas que hacer pero eso no quiere decir que el sistema democrático esté en entredicho. Quizás en algún momento deba entrar en "receso" para remediar una serie de problemas de representación que afronta desde hace más de 33 años, pero una vez que se hagan los ajustes necesarias volver a su plena vigencia.
Una de las reformas que está en discusión es la vuelta de la bicameralidad, que no existe desde hace 30 años (con la Constitución de 1993). De facto, desde el 5 de abril de 1992.
El tiempo pareciera haber demostrado que ello fue un error, el mismo que fue convalidado por un posterior referendum y ratificado en el 2018.
Está claro que es necesario que el Congreso esté integrado por gente de calidad no solo profesional sino sobre todo moral; algo tan escaso hoy en día. Se requiere un Congreso eficiente, austero y al servicio del Perú y por supuesto es imprescindible mayor reflexión que se obtendría con una Cámara de Senadores elegidos en Distrito Electoral Único mientras que los Diputados lo sean por distritos uninominales más pequeños y con mayor representación.
Es cierto que llevar a cabo esta reforma es impopular pero no necesariamente inválida. Muchos de los que se oponen a ello han elegido a tanto sinvergūenza, incapaces y corruptos; por tanto no solo requerimos mejores congresistas sino mejores electores, informados y críticos.
¿Senado? Sí. Reencontrémonos con un mejor futuro.
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