En Democracia los ciudadanos tienen el derecho de disentir, oponerse y protestar dentro del marco de la ley y respetando el derecho de los que no son parte de sus propuestas. Solo en dictaduras tan afectas como la cubana ello no es posible. Hacerlo puede costar la libertad y aún la vida.
Sin embargo aquellos que aplauden al narcocastrismo hoy exigen que se les permita realizar lo que ellos llaman "una legítima protesta".
Pero, ¿qué legítima puede ser si lo que se busca subvertir el Orden Constitucional e incluso valerse de algaradas para destruir la propiedad pública y privada e incluso buscar que haya victimas mortales?
¿Acaso eso no sucedió en los días posteriores al fallido golpe del 7 de diciembre?
El gobierno de la Presidente Boluarte no solo debe ponerse firme sino prever cualquier situación que ponga en riesgo el orden y la seguridad de millones de peruanos. Las amenazas proferidas por los organizadores, promotores y cómplices no pueden dejarse de tomar en cuenta, máxime que quienes las dicen algunos están vinculados a una organización terrorista.
Es por ello que en vísperas del inicio de "la tercera toma de Lima" (sic) saludamos la postura tanto del Primer Ministro como del ministro del Interior así como del Comandante General de la Policía Nacional. La situación amerita una posición reactiva sino que las Fuerzas del Orden prevengan cualquier intento de crear el caos y generar un clima de violencia. Sin embargo otras instancias del Estado deben estar listas para actuar. La Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial deben estar prestos para actuar frente a hechos de flagrancia como toma y bloqueos de carreteras, destrucción de bienes y acciones de terrorismo urbano así como de los apologistas que desde la llamada "prensa alternativa" fomentan ello.
No es posible la inacción cobarde y cómplice que hemos visto en los últimos años. La Policía Nacional no solo debe ser apoyada "entre cuatro paredes" sino respaldada públicamente por la Presidente Boluarte.
Que no se repitan las agresiones que sufrieron cientos de policías, las que quedaron impunes mientras que los subversivos terroristas intentan volver a crear un clima de violencia.
El Perú es un país soberano. Basta de tutelas e injerencias de países como México, Bolivia, Cuba y Colombia, del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla y de oeneges "nacionales" y extranjeras, cómplices del intento de destruir el Orden Democrático.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario