Unos cuantos de cientos de vagos esperando que les den su "aguadito" intentaron hacerse escuchar ayer bajo el paraguas de la llamada "tercera toma de Lima".
Fue un fracaso no solo de la subversión que intenta destruir el Orden Constitucional sino del caviaraje y oportunistas como el Lagarto o el "padre de los niñós".
Otra vez cierto sector de la prensa fungió de "caja de resonancia" de los violentistas que usan métodos terroristas como intentar quemar la Prefectura de Huancavelica. ¿Es esto protesta social? Claro que no.
Incluso algunos ingenuos o cómplices asolapados ya circulan rumores sobre una presunta renuncia de la Presidente Boluarte; pero cuando se les pregunta sobre si han verificado la veracidad de ello, responden que provienen de "buenas fuentes". Lo que antes llamábamos "terrorismo blanco".
La asonada subversiva ha sido frenada gracias a la ciudadanía y a las fuerzas del orden; sin embargo no bajemos la guardia. Hay que combatir cualquier maniobra terrorista y descabezar todas las fachadas incluyendo a los cómplices de origen extranjero que fungen de diplomáticos, periodistas o bajo otra máscara.
No será la última vez que intenten socavar el orden de nuestro país. Estemos alertas.
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