No fue la mejor solución ni la mejor alternativa. No reconocerlo es querer esconder lo evidente; pero permite un aire a una Democracia en crisis en un difícil escenario en todos los aspectos y en momentos que urge una relativa estabilidad.
Las críticas han llovido de todos los extremos; con razones algunos y otros que "respiraban por la herida".
Lamentablente "el infantilismo" vino de la derecha, lo que se explica quizás o por posiciones principistas o de cálculo político. Lo cierto es que felizmente "esos votos" no influyeron en el resultado final (12 no marcaron su cédula o la viciaron).
Ahora toca a la Mesa Directiva del Congreso presidida por el congresista Alejandro Soto explicar los alcances del acuerdo que permitió su elección; decir cuál es agenda legislativa y adoptar medidas expeditivas para fumigar al Congreso de "niños, mochasueldos y otros".
Un caso especial es del propio Soto, quien deberá esclarecer las acusaciones que penden sobre él, en el entendido que las acusaciones sin pruebas concretas son solo eso y no culpabilidad alguna. Cualquier mancha, falta o delito sería el inicio de su salida del cargo.
Respecto a lo dicho por algunos entre ellos el ex congresista César Combina (ex PPC, APP y F, FP), no creemos que el ganador de este intrincado acuerdo sea el cerronismo, habida cuenta el peso que tiene la Segunda Vicepresidencia del Congreso y su posición minoritaria en la Mesa Directiva del Congreso. Habrá qué ver como se distribuyen las presidencias de comisiones y si Renovación Popular hace gala de coherencia y rechaza presidir alguna siquiera.
Sin embargo, cabe señalar que los acuerdos y las aprobaciones de proyectos de ley dependen no de 4 sino de la mayoría (algunas veces calificada) de los 130 congresistas.
A nuestro entender quien gana tiempo es el Poder Ejecutivo, quien contará con una novísima mayoría (muy frágil por cierto) de cara al año que viene y ante la posibilidad de interpelaciones, censuras y aún de un probable pedido de vacancia presidencial.
La tarea de esta Mesa Directiva del Congreso es ardua y conlleva un primer objetivo; el cual es recobrar la confianza ciudadana; algo muy difícil pues depende no solo de ella sino de todos los congresistas por lo que seguir apañando presuntos actos delictivos y contra la ética sería un "suicidio". Estar con un dígito de aprobación no es aún el piso.
Finalmente, el Congreso debe volver a sintonizar con la ciudadanía. Ser austero, honesto y eficiente; más allá de posiciones políticas. Priorizar la aprobación de leyes vinculadas a la seguridad, salud, educación, fomento a la inversión privada, reforma política y electoral y también la fiscalización sin caer en la exageración ni menos sin lograr resultados concretos.
Se despide de la Presidencia el congresista José Williams Zapata así como los congresistas Moyano, Monteza y Muñante de la Mesa Directiva. Tuvieron luces y sombras; méritos y deméritos; debemos destacar su participación en la defensa de la Democracia aquel 7 de diciembre del año pasado.
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