Estamos a pocos meses para que se cumpla "la década perdida" que se inició con el desastroso cogobierno ollantanadinista, al que llamaron "el gobierno de la pareja presidencial".
Pocos que asumieron funciones públicas cumplieron exitosos cargos y varios de ellos, paradójicamente los peores, han tomado distancia y vuelven a pedir el voto ciudadano creyéndonos olvidadizos o estúpidos.
Funcionarios de segundo nivel de ese régimen hoy quieren tentar la Primera Magistratura e incluso hay más de uno fallido como aquel que pedía "luz verde" para actuar.
Es cierto que la corrupción promovida por Odebrecht y otra empresas brasileñas junto con sus cómplices peruanos empezó con el milenio pero no podemos distraernos de la indignación que nos causa la sola candidatura del "nacionalista" Humala y lo que siguió como herencia, o sea el llamado "gobierno de lujo" incluyendo por cierto al vacado por incapacidad moral que hoy intenta ser parte de una Institución que petardeó.
Por cierto ello no hubiera sido posible sin la incapacidad de una mayoría de Fuerza Popular de la cual formaban parte felipillos y judas que hoy son comparsas de corruptos e incapaces.
Todos tienen derecho a elegir y ser elegidos pero hay algunos que están incapacitados moralmente para siquiera ser candidatos.
La noche del 11 de abril deberia ser el sepelio de la gran mayoría de los que hoy "aspiran" a ser presidentes sin haber pasado por un aula universitaria, haber pagado una planilla y ni siquiera, por cierto, haber dado fuego suquuera como alcalde distrital, por más que "la prensa dulce" intente inflar "un globo con huecos".
La ciudadanía tiene una grave responbilidad de enterrar a políticos y partidos y por cierto frenar a incapaces, corruptos y antipatrias. Ni el comunismo en sus diversoos tonos y fachadas y menos los promotores de agendas aberrantes y los liberales tontos útiles de los gramscianos deberan recibir el respaldo de los peruanos.
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