Al iniciarse la restricción para movilizarse en marzo pasado, el gobierno (de alguna forma hay que decirle) de entonces se negó a llamarle "toque de queda" por la connotación que tenía y que nos hacía recordar los aciagos años del terrorismo.
Cada día al promediar el medio día salía en cadena nacional el vacado por incapacidad moral a dar una perorata de mentiras y de información irrelevante. Tanta agua cayó que se llenó el cántaro y mucha gente le empezó a creer, soslayando su incapacidad para solucionar la crisis sanitaria y económica.
Se gastaron millones para "publicitar" las medidas del gobierno sin que hasta ahora sepamos cuántos peruanos murieron por causa del covid y menos aún cuáles fueron los resultados del despilfarro de dinero en publicidad estatal.
Lo que vivinos hoy es la consecuencia del desgobierno vizcarrista. Hoy Sagasti es la continuación de los yerros de un gobierno incapaz. Un par de ejemplos son la permanencia de la Ministra de Salud y de la Presidenta de ESSALUD.
Las medidas que rigen, en principio hasta fin de mes, son más de lo mismo. Muchas de ellas sin sentido y que no han contribuido a mejorar la situación.
Voces malpensadas incluso señalan que inmovilismo y la incapacidad no sería sino producto de la intención de agravar los problemas y con ello posponer las elecciones y con ello el Accesitario perpetuarse en el poder. Parece increíble pero estamos en el Perú. Todo puede suceder, hasta ello.
Sin embargo viendo lo que sucede a diario, cada vez la gente es más reacia a obedecer las medidas de confinamiento. Incluso una encuesta muestra que el 48% estaria en contra de la vacuna. ¿O sea la incapacidad del gobierno para comprar las vacunas y organizar la vacunación no "sería motivo" de reclamo?
Muchas dudas y preguntas en el panorama. Entre tanto la "prensa dulce" sigue en su papel, vale decir manipular y direccionar la opinión pública. Triste papel, por cierto.
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