jueves, 28 de enero de 2021

VOCACION DE SERVICIO

En medio de una terrible crisis, no solo vemos ciudadanos incapaces para gestionar el Estado sino también incapacitados moralmente pues no entienden lo que significa "ser servidor público" al cual pretenden llegar a través de "puertas giratorias". Hoy son gestores de intereses privados; mañana llegan al Estado para seguir sirviendo a esos intereses, aún en detrimento de los intereses del Perú.  Ejemplos hemos visto muchos; sin que rubor alguno coloree sus feos rostros, producto del mal.

Desde Toledo vimos al "primer funcionario público " convertir el cargo en cualquier cosa y  menos ser un gestor eficiente al servicio de la ciudadanía.

Tras él, tanto Garcia en su versión 2 y Humala,  al menos movieron los pies aunque no sabemos bien "para qué ". Con Garcia hubo apreciables logros; en tanto con Humala, muy pocos. Con ellos siguió la corrupción Lava Jato que ya había prendido desde el Toledismo ("dame lo que falta", reclamaría el expresidente Toledo a corruptos de Odebrecht  un saldo de una coima,  sin vergüenza alguna).

Sin embargo sería con el expresidente PPK que la molicie y la corrupción  haría metástasis. Los juegos de tenis cuando debía atender las necesidades de los ciudadanos damnificados del Fenomeno del Niño serían el reflejo de un fantoche de "servidor publico". Nadie sabe a ciencia cierta, a qué hora se levantaba PPK y menos a qué hora lo hacen hoy otros que deberian estar de pie a primera hora. Menos sabemos para qué viajaba constantemente al interior  del país el vacado por incapacidad moral. No hay obras que evalen esos constantes viajes. Al parecer, sin duda alguna, iba a sembrar el odio y la cizaña. 

Ad portas de una nueva elección presidencial y congresal debemos preguntarnos, qué mueve a casi dos decenas de candidatos. ¿Será que los mueve una "vocación de servicio" o es que algunos pretenden emular a aquellos que han saqueado el Perú hasta convertirlo otra vez en un remedo de pais?

El Presidente debe ser no solo ejemplo de trabajo sino de honestidad y entrega. Quien ocupe este cargo no debe hacerlo para seguir siendo "un mantenido" (esta vez por el presupuesto público) o para hacer la tarea inconclusa de los terroristas; menos para hacer del Estado su chacra que le reditue "plata como cancha".

Quien llegue a ser Presidente debe tener probada experiencia como gestor y con una  vida exitosa al servicio no solo de sus bolsillos sino de los demás.

Basta de equivocarnos pensando que estamos ante "un candidato de lujo" o permitir con nuestro voto  que traidores en dupla con corruptos pretendan seguir atornillados en el poder.

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