martes, 11 de mayo de 2021

CASTILLO: ¿UNA IGLESIA INFILTRADA?

Esta vez no me refiré al candidato del comunismo sino al Arzobispo Carlos Castillo en particular y en General a la Jerarquia de la Iglesia Católica en el Perú representada por parte de los Obispos reunidos en la Comisión Episicopal Peruana (CEP), de muy lamentable actuación en los últimos años. 

Castillo como algunos obispos de la CEP han apoyado al Lagarto a lo largo de su mandato convalidando incluso la ruptura del orden Constitucional y en contraparte han callado en todos los idiomas frente a la incapacidad y corrupción. 

La posición de la Jerarquía ha variado desde un silencio cómplice hasta apoyo explícito al avance del comunismo; sino recordemos el papel de la llamada "teología de la liberación" (nacida en los 60s) que solo ha fomentado la lucha de clases y hasta en casos extremos, como el triste papel del Obispo Beuzeville que en los 80s salió en defensa abierta de su sobrino Cox Beuzeville, miembro  importante de la cúpula de sendero luminoso, cuando éste cayó detenido tras fugar de una cárcel. Hoy Cox cumple cadena perpetua.

Está claro lo que dice el Evangelio y la posición de verdaderos pastores como Monseñor Cipriani y hoy la de los Obispos Del Río y Garcia, por citar dos . La Iglesia Católica no debe tomar parte optando por un partido político pero sí por principios y sorprende que mire para otro lado y no se  pronuncie contra el comunismo, enemigo de la Fe y de la Iglesia Católica a las que dice que son "el opio del pueblo".

Qué diferencia a la hora de actuar del Monseñor Castillo y defender a su colombroño y quedarse callado frente a los maltratos que recibió Keiko Fujimori en Chota, por citar el fariseismo a la hora de criticar a quién no le simpatiza o el caso de la posición del Monseñor Barreto en Huancayo, frente a la corrupción que agobia esa región tan querida.

El mensaje de los Pastores debe ser de paz y concordia, basado en la Palabra de Dios pero no puede ser cómplice ni menos parte de un intento de lavarle la cara al comunismo asesino.

Miles de sacerdotes y monjas han dado la vida en defensa de la Fe. Monseñor Castillo y Obispos de la CEP aprendan de ellos y no de gente como la ex monja terrorista Nelly Evans o de un ex cura como Arana, promotor de odio y pobreza.

Al comunismo no se le apapacha o se le lame las heridas como muchas veces sucedió con los presos terroristas y el apoyo ingenuo que recibieron de la Comisión Episcopal de Acción  Social (CEAS). Al comunismo se le combate no solo con la Palabra de Dios sino con la acción de los Pastores de la Iglesia Católica. 

Basta de ser tontos útiles e incluso cómplices del comunismo, como viene sucediendo en diversas diócesis. Hay que levantar la voz. El silencio también mata.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo de la infiltración marxista en la Iglesia... el Arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, fue militante del Partido Comunista Revolucionario.

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  2. Nunca tan pertinente el artículo de hoy Don Tribi. Es lamentable ver el papel que vienen cumpliendo algunos jerarcas de la Iglesia impulsando ideologías contrarias a la fe de los católicos.

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