La Navidad del 2019 en vez de ser una fiesta de paz y amor de pronto se convirtió en un momento en el cual decenas de peruanos expresaron su odio contra quien había liderado el Milagro Peruano.
Aquel día el Presidente PPK anunció el indulto del Presidente Alberto Fujimori. Al momento, los de siempre salieron a gritar "Fujimori nunca más". ¿ Cuántos de ellos habrán gritado alguna vez, #TerrorismoNuncaMas ? Quizás ninguno. Lo olvidaba; esos señores nunca reconocen que en el Perú hubo dos gavillas de terroristas sino que hubo "un conflicto armado interno".
Esto no es de ahora; esto viene desde la caída del régimen del Presidente Fujimori, tras la cual el caviaraje se apoderó del Estado y vía una comisión de "la verdad y reconciliación" puso al Perú a merced de quienes habían asesinado a miles de peruanos.
El calvario de cientos de militares y policias empezó con juicios adhoc y lo que siguió fue su encarcelamiento por años sin ser sentenciados como el General Juan Rivero Lazo y dos juicios emblemáticos (por el abuso que se cometió); uno por el llamado Caso El Frontón que duró décadas y otro a los Comandos del Operativo Chavín de Huántar.
Ni qué decir del remedo de juicio donde se condenó al Presidente Fujimori por "autoría mediata" en los llamados "crímenes de Cantuta y Barrios Altos". Cuánta mentira se ha esparcido en estos años. Elevados a la categoría de "santos", esos muertos se convirtieron en una oportunidad para que deudos y abogados oenegeros hayan recibido pingües dólares. Nadie se preocupó de averiguar qué realmente pasó pese a testimonios contundentes de aquellos que vivieron muy cerca esos hechos (un profesor de La Cantuta y un agente de inteligencia han sido muy explícitos al respecto).
Estos dos casos han sido emblemáticos no solo por la injusta manera de cómo se han llevado sino a su imagen muchos juicios contra quienes derrotaron al terrorismo han sido llevados a cabo. El papel que han cumplido diversas oeneges nacionales, extranjeras y sobre todo la CIDH ha sido condenable. Cientos de terroristas fueron indultados, feroces asesinos incluyendo las cúpulas fueron juzgados de nuevo y leyes benignas permitieron que sentenciados a cadena perpetua hayan podido ver rebajadas sus penas e incluso muchos ya están libres como Peter Cárdenas, Maritza Garrido Lecca, Martha Huatay, Lori Berenson y otros. Así mismo el Estado se "olvidó" de perseguir a otros que nunca fueron detenidos como Luis Arce Borja, el alias Negro Avellaneda y otros. La CIDH en vez de proteger a las verdaderas víctimas impulsó juicios contra el Perú y obligó el pago de jugosas indemnizaciones para terribles asesinos. ¿ Acaso algún odiador "nako" ha protestado por aquellos indultos? Claro que no.
El caso del indulto al Presidente Fujimori es un caso emblemático del abuso y complicidad de quienes nunca levantaron (de verdad) la voz contra el terrorismo. Primero su indulto fue anulado por un juez prevaricador y luego tras un fallo del Tribunal Constitucional, la CIDH impuso su improcedencia "gracias" al vasallaje caviar y por cierto de este gobierno castrochavista.
El Perú merece ser libre de una vez por todas de la malsana influencia caviar. Los peruanos reclamamos verdad y paz. El Perú merece un futuro mejor.
PS También cabe señalar entre quienes he calificado como "tontos útiles o cómplices asolapados" a algunos cineastas que han exaltado a asesinos como Hugo Blanco y Javier Heraud o han recreado mentiras con las que han estigmatizado en películas como por ejemplo, La Última Tarde o La Casa Rosada, a los que lucharon contra el terrorismo y vanagloriado a supuestos "luchadores sociales". Así mismo a algunos que han escrito libros incluso abiertamente proterroristas como "Cantogrande y las Dos Colinas" editado con el apoyo de la Universidad de San Marcos y la San Cristóbal de Huamanga.
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