Vivimos días difíciles no solo como consecuencia de una crisis que abate a medio mundo sino también por la impericia e incapacidad de quienes dicen "gobernar" el Perú.
El pasado jueves escuchábamos la entrevista que le hizo el periodista Chema Salcedo al ex ministro de Energía y Minas Luis Herrera Descalzi. La comparación con los que hoy ocupan cualquier cartera era inevitable. ¿Cuándo tendremos a alguien como él ocupando la citada cartera?
Hoy en día, después que la cotización del cobre llegó a su máxima cotización esta a la baja y el Perú no pudo aprovechar esta coyuntura. Por lo contrario la principal mina productora de cobre vuelve a ser bloqueada por comuneros movidos por intereses contrarios al bienestar general.
El Perú es un país minero desde siempre pero sectores radicales se han opuesto al desarrollo de diferentes proyectos que de estar ya en etapa de producción habrían generado ingentes recursos al erario nacional, tan necesarios hoy en día para paliar las necesidades de millones de peruanos. Sin embargo esto no se reduce a lo señalado sino la gran mayoría de proyectos mineros brindan una serie de beneficios a los pueblos y comunidades circundantes adicionalmente a los impuestos, recursos del Canon y otros a los que están obligados por ley.
Así mismo muchas empresas privadas, en general, han hecho importantes aportes en los momentos más álgidos de la crisis sanitaria. Ya hubiéramos querido que muchas de las oeneges existentes hubieran aportado de acuerdo a sus posibilidades. Hablan mucho pero hicieron poco o nada.
Así como las empresas, la Iglesia Católica y las Evangélicas dieron su generosa contribución siguiendo su vocación de servicio. Cuántos hospicios, comedores y escuelas son viables gracias a ello.
Hoy en día hemos regresado a los días posteriores al shock del 8 de agosto de 1990. Miles de peruanos enfrentan la crisis y el hambre gracias a la organización de diversas instancias sociales como comedores populares, clubes de madres y comités de vaso de leche. Ellos necesitan el apoyo del gobierno, pero éste no existe como debiera. Aunque algunos intentan manipular las necesidades y convertirlas en un "apoyo" a cambio de votos; ello tarde o temprano no será y mas bien terminarán siendo el detonante de la caída de un nefasto régimen.
Es hora de la solidaridad con los que más necesitan. Reproduzco un pedido que leí en redes sociales que exhortaba a donar ropa de invierno (limpia y en buen estado) a las personas que la necesitan. Aprendamos a compartir lo que tenemos y no los que nos sobra. Como decía San Juan Bosco, "nadie es tan pobre como para no tener algo que compartir, ni tan rico para no necesitar algo".
No demos la espalda a quienes necesitan ni dejen con la mano extendida a quienes nos piden un pan para saciar su hambre.
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