lunes, 16 de enero de 2023

CALLADOS


 En el año 2019 el diario chileno El Mercurio publicó una entrevista al empresario del sector de la gastronomía Gastón Acurio quien sostenía sin rubor que "en esos momentos ser de izquierda era una obligación moral", aunque luego esbozara una serie de disquisiciones de lo que él creía que debería ser "la izquierda".

Sin embargo hoy y durante los nefastos 17 meses de las raterías de Castillo, Acurio calla y calló frente a la izquierda incapaz y corrupta, como lo hizo en su momento frente a la corrupción de Susana Villarán.

En aquellos días de la entrevista probablemente Acurio haya escuchado los "cantos laudatorios" del caviaraje y quizás no le quitaba cuerpo a la idea de ser presidente, aunque negara rotundamente que ello estaba en sus planes.

Lo cierto que es condenable el silencio cobarde de muchos empresarios frente a la ofensiva terrorista en nuestra Patria. Hasta ahora ningún gremio se ha pronunciado firmemente ni marchado contra este intento de instaurar una dictadura castrochavista. Ni siquiera tienen un mínimo de sentido común para defender ya no los intereses de la Patria sino incluso ni siquiera los suyos. ¿O cómo cree Acurio que podrán seguir existiendo sus restaurantes de lujo en Cusco y Arequipa si el flujo de turistas llegará a cero? ¿O creerá que podrá sobrevivir atendiendo a una élite comunista mafiosa como sucede hoy en Caracas en el barrio Las Mercedes, llamado "el pequeño Manhattan" (BBC.com) ?

Lo que sucede hoy no es una isla en la realidad. Muchos grandes empresarios promovieron el golpe caviar contra Merino de Lama y hasta días anteriores al 7 de diciembre pensaban que "Castillo se quedaba hasta el 2026", según reseñaba el diario Gestión en su primera plana.

En redes sociales no solo se critica a Acurio sino a artistas a los que al parecer les interesa muy poco el destino del Perú como son los casos de Pedro Suárez Vertiz, Eva Ayllón, Juan Diego Flórez o Gianmarco Zignago. Qué diferencia con  Melcochita, Pimentel, Carlos Alvarez, Barraza y otros que se han pronunciado contra los violentistas.

No solo empresarios o artistas callan; intelectuales o los hoy llamados influencers también callan o justifican la ofensiva terrorista amparándose en la creencia que "son genuinas protestas sociales y quienes cayeron son víctimas de un genocidio". ¿Sabrán decirnos estas personas dónde cayeron las víctimas o qué hacían ahí? ¿Estarían intentando tomar un aeropuerto o saqueando una tienda?

Veamos hasta cuándo callarán o justificarán esta violencia terrorista. ¿Será hasta que incendien o destruyan sus casas de playa? Por si no saben, anteayer algunos cientos de comunistas llegaron a Miraflores; ¿serán la avanzada de las hordas que incendirán y saquearán lo que hay a su paso?


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