lunes, 23 de enero de 2023

¿EN QUE ESTAMOS?

 


Ninguna época es comparable con otra; cada una tiene sus características, circunstancias y personajes aunque recordar lo qué sucedió en el pasado nos sirve para entender el presente y plantear soluciones a la actual coyuntura.

Quince años tardó el Partido Comunista del Perú ("Por el luminoso sendero de José Carlos Mariátegui") en iniciar el ataque el Perú, al que llamó "el inicio de la lucha armada". Hoy, entendiéndose la captura de su cabecilla como hito, ha tardado 30 años en reconstruirse y volver a atacar como proyecto (aunque viene teniendo presencia activa en el VRAEM desde hace años).

Sin embargo hay detalles a tomar en cuenta. Ayer sendero luminoso no tenía apoyo externo, fue "un producto" hecho a la medida del comunismo local; hoy sin embargo sus herederos reciben el apoyo del Grupo de Puebla y del Foro de Sao Paulo. En ambos momentos sendero luminoso y sus fachadas difundieron y difunden un mensaje milenarista y se valen de las necesidades del sur Andino para promover un lenguaje de odio y violencia. 

En los 80s podría decirse que sendero luminoso fue construido artesanalmente; hoy recibe un  millonario financiamiento de no solo de fuentes extranjeras sino internamente, de actividades ilegales como el narcotráfico, minería ilegal y otros. Ha dejado de ser la organización terrorista que mataba para robar armas; hoy recibe hasta municiones "dum dum".

En los 80s se inició el ataque desde Ayacucho debido a la influencia que tuvieron su cabecilla y su cúpula en la Universidad de Huamanga, magisterio y otros estratos del Estado de esta región principalmente).  Hoy vemos que rápidamente han empezado a atacar en varios focos (Ayacucho, Puno, Cusco, Arequipa, Huancavelica, Ica y "exportaron" subversivos a la capital (para la algarada que llamaron "la toma de Lima"). Cabe destacar que en los los 80s el ataque se difundió progresivamente a dichas regiones hasta llegar a la capital a través del Comité Regilnal de Lima y organismos de fachada como Socorro Popular, la asociación de abogados "democráticos", movimiento de obreros "clasistas", infiltración en federaciones universitarias en San Marcos, UNI, La Cantuta e incluso en universidades privadas como la San Martín; entre otras.

Con las diferencias tecnológicas que han variado en el tiempo, la subversión se vale diferentes formas de difusión para esparcir el mismo mensaje con de la complicidad de gente que habla de "democracia" o de "tontos útiles" pese a que sus cabecillas están en clandestinidad mientras sus mandos medios y operativos se encuentran infiltrados en organismos de fachada como sindicatos fantasmales, frentes de defensa, la llamada prensa "alternativa" y otros incluyendo algunos integrantes del clero; quienes realizan un trabajo abierto y a la par clandestino con el apoyo de quienes desde algunas oeneges y desde el Estado mismo actúan hasta el día de hoy. No obstante no todo está en la oscuridad. Ayer el diario El Comercio ha publicado un informe donde se pone al descubierto la ligazón de diversos actores -vinculados al castillismo- que actúan en pared con la subversión comunista.

En tanto, no dejemos de observar la gran diferencia entre lo que sucedió previo a los 80s y lo que hoy sucede. En aquellos años la subversión trabajó desde el Estado mismo pero sin mayor apoyo; mientras que lo que hoy afrontamos es producto del trabajo de zapa desde el 2000 lo que se aceleró con el "triunfo" del ladrón Castillo quien abiertamente usó las instituciones y recursos para captar cuadros, financiarse y preparar el ataque que se inició tras la caída del comunista que fungía de "presidente". Los ministerios fueron agencias de empleos, las prefecturas y gobernaciones usados como instrumentos de movilización e incluso los gobiernos regionales fueron socios del comunista Castillo. 

Hoy en día la defensa del Estado de Derecho tiene a una Policía y Fuerzas Armadas mejor preparadas a diferencia de 1980 pero en ambos casos el contraataque se vió y ha visto mediatizado por la falta de decisión política en su momento del Presidente Belaúnde como el de hoy Boluarte. El primero creyó incluso que estaba frente a abigeos y la actual Presidente se niega a reconocer que está frente a un fenómeno subversivo con metodología terrorista que se vale no solo de "exigencias" de corte político sino tiene como objetivo el separatismo del sur peruano para lo cual se vale de "propuestas" que buscan crear un espacio geográfico en base a lo étnico (aymaras) cuya iniciativa parte del narcoterrorista boliviano Morales (Runasur), así como crear un "momento constituyente" (como en Chile del 2020) para instaurar una tiranía castrochavista.

Ante todo esto, la demora en tomar decisiones drásticas es el peor remedio para afrontar el peligro que corre el Perú. Así lo demuestra la historia. Tuvimos que pagarlo con la vida de 70 mil peruanos entre 1980 y 1997. También es importante resaltar el avance de la subversión en temas ideológicos y culturales. Un resultado de ello fue la imposición de "una comisión de la verdad y reconciliación " sesgada que reescribió la historia convirtiendo la guerra contra el terrorismo en "un conflicto armado interno", a los terroristas en "luchadores sociales" a los que se indultó por cientos y a quienes defendieron la Patria, en "genocidas" a los que se persigue hasta ahora.

Esto nos hace ver que no debemos olvidar que este proceso debe enfrentarse no solamente desde el terreno policial-militar sino desde todos los ámbitos (social, político, ideológico, cultural y comunicacional) involucrando a la ciudadanía; sin olvidar por cierto el frente externo donde la subversión tiene sus "embajadores" (como los tuvo sendero en los 80s), su aparato propagandístico que desinforma valiéndose incluso de tontos útiles que trabajan para medios de prensa internacionales y por cierto las oenegés que igual que en el pasado le dan soporte. Gran trabajo le toca cumplir al Ministerio de Relaciones Exteriores y embajadas.

El Perú requiere ser pacificado y luego reunificado. Ello tomará no solo lo que falta para el 28 de julio del 2024 sino un proceso que incluya hasta mínimamente el 2029.

Los demócratas debemos presentar una propuesta al país basada en un Programa Mínimo y uno a Mediano y Largo Plazo. Para ello de requiere de un liderazgo creíble que conduzca al País con mano firme y dura.



 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario