Desde hace mucho tiempo se viene hablando de la necesidad de tener una política de "fronteras vivas", de que sus comunidades adyacentes vivan el espíritu de peruanidad y que sean ejemplo frente a vecinos muchas veces inamistosos y ávidos de nuestras riquezas.
Salvo el desaparecido FREPAP, ningún partido se preocupó por esbozar propuestas y llevarlas a la práctica. Hoy en día esto cobra importancia debido a la infiltración no solo física y económica sino ideológica en nuestra región de Puno, adyacente a Bolivia, con la que se pretende escindir esta región del suelo patrio, con todas las implicancia que ello conlleva.
La propuesta antiperuana se ampara en una supuesta "unidad de la nación aymara" que da pie al proyecto "runasur" del narcoterrorista boliviano Morales. Ello busca apoderarse de las riquezas mineras como el litio y oro, de la inmensa riqueza de la cuenca del Lago Titicaca y aprovechar el corredor Puno-Tacna para proyectarse al Pacífico y lograr la ansiada salida al mar que Bolivia perdió en el siglo XIX debido a la cobardía de sus tropas.
La región de Puno es de vital importancia para los contrabandistas que trasladan inmensas caravanas de mercadería sin pagar ningún impuesto ni aranceles en desmedro del fisco peruano; además extensas zonas son áreas de operación de minería ilegal contaminante (por no cumplir con normas ambientales) alrededor de las cuales no existe el Estado y donde conviven diversas actividades ilegales como la trata de personas. No olvidemos tampoco el tráfico de drogas con dirección a Bolivia tanto vía terrestre como aérea que usa a Puno como lugar de paso obligado rumbo a Brasil -vía Bolivia- con destino final a Africa y Europa.
Todo ello constituye en un peligro a la Seguridad y Soberanía del Perú, lo que podría originar en una escisión de parte importante del Perú. Recordemos sino lo qué ha sucedido en Ucrania (Donbass) y en los Balcanes, donde con el pretexto del factor étnico y cultural así como razones económicas han ocasionado graves situaciones bélicas, desaparición de países y pérdida de soberanía de grandes extensiones de territorio, amén de la pérdida de miles de vidas.
Pese a que lo dicho hoy en boca de importantes analistas, nada parece inmutar al actual gobierno (como también sucedió en el pasado). Anteayer el Premier obvió totalmente esta problemática en su discurso ante el Congreso. La frontera con Bolivia no es el único problema; lo es también el Putumayo (frontera con Colombia y Brasil) donde miles de personas se consideran parte de esos vecinos que peruanos debido a la desatención del Estado en todos sus niveles, además de epicentro de actividades ilegales. Tampoco olvidemos la problemática de la frontera con Ecuador (contrabando, trata de personas y lugar de tránsito de la producción de latex de opio de Cajamarca y la sierra de Piura). Otro tanto sucede en las fronteras con Brasil (regiones de Madre de Dios y Ucayali) y Bolivia (Madre de Dios) donde campea el narcotráfico y la minería ilegal. En tanto la frontera con Chile presenta menos problemas debido al control existente.
En los años 60s y quizá parte de los años 70s en Quinto de Secundaria no solo había Instrucción Pre Militar (IPM) sino que se enseñaba la Historia de nuestros Límites. Cómo olvidar el libro del historiador Pons Muzo. Además en toda la etapa escolar había cursos de Educación Civica, tan necesaria hoy en día. Hoy la gran mayoría de peruanos ignora cuáles son nuestros límites y su historia unida a la de muchos héroes que dieron su vida pora preservar su soberanía e intangibilidad.
Se quiere lo que se conoce. Muchos peruanos nunca han estado en la región de Puno con grandes atractivos turísticos alrededor no solo del Lago Titicaca sino en la cordillera de Carabaya, la histórica Lampa, el corredor aymara y otros tantos atractivos. Las distintas administraciones regionales y municipales poco o nada han hecho para transformar Puno en un polo turístico. Los turistas pasarían 15 o más días solo en esta región disfrutando de sus atractivos y generando un circulo económico virtuoso para no tener que vivir de actividades ilegales.
Finalmente es menester reforzar la peruanidad respetando la cultura y costumbres aymara pero recordando que somos una República Unitaria cuya soberanía deberá defenderse de proyectos enemigos como el que propone Morales sustentado en un milenarismo trasnochado que apela al odio y mentiras con el apoyo de las propuestas del "socialismo del siglo ventiuno" (Foro de Sao Paulo) dizque para crear "la patria grande".
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