Estamos en un proceso de derrotar el proyecto castrochavista que llevó al Perú al borde del precipicio. A la par de infiltrar el Estado con elementos terroristas, el comunista Castillo sumió al Perú en las miasmas de la corrupción, saqueando las arcas fiscales con una sarta de impresentables cómplices.
¿Qué ha hecho frente a ello la inquilina de Palacio de Gobierno? Hasta el momento muy poco. El aparato mafioso aún no es desmontado y muchos altos funcionarios castillistas siguen en sus puestos. Según un informe de El Comercio, 60% de los altos funcionarios permanecen en sus cargos tras su paso por la corrupta gestión del comunista Castillo.
La algarada violentista que azotó el país no fue gratuita. Fue financiada por diversas actividades ilegales que azotan el país como la minería ilegal que destruye el medioambiente junto con la tala indiscriminada y estas dos no son sino financiadas con dinero del narcotráfico y del contrabando.
Todo ello constituye un círculo maldito que destruye las bases de la Nación y el futuro de miles de personas que caen en las garras del vicio así como el habitat de millones de personas, contaminando ríos, selva y sobre todo minando la moral de nuestra Patria.
¿Qué ha hecho el Estado en los últimos años? Nada o muy poco. Cálculos aproximados concluyen que en el Perú se producen anualmente 800 toneladas de clorhidrato de cocaina, de los cuales solo se incautan ni el 2% y ni qué decir de la producción de drogas como la marihuana y el látex de opio. ¿Qué hace la Dirección Antidrogas de la Policía, DEVIDA y ENACO? ¿Qué resultados hay en el control de insumos quimicos? ¿Hay vuelos de interdicvion de aeronaves que llevan droga a Brasil y Bolivia? ¿Qué hace la SUNAT para combatir el contrabando en las fronteras (las caravanas que cruzan impunemente por Huancané en Puno)?
¿Qué tiene que decir el Estado? ¿Baluarte? ¿Los medios de comunicación? ¿Hasta cuándo dejaremos que el crimen y la elegalidad destruyan a nuestra Nacion?
Solo combatiendo frontalmente a esas lacras podremos tener futuro. Combatamos no solo a los directamente implicados sino a aquellos que lavan el dinero sucio, auspician una cultura aberrante y justifican el accionar delictivo con el pretexto que "es imposible luchar contra estos delitos".
Modifiquemos el articulo 125 de la Constitución y lo relativo a pena de muerte, incluyendo casos de cabecillas de las organizaciones criminales involucradas en estos delitos.
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