Así como ha habido sectores interesados en reescribir la historia de lo que pasó en el Perú en los años 80s y 90s; hoy hay quienes pretenden justificar la violencia subversiva con "la narrativa" (sic) de que es producto de "200 años de exclusión, de discriminación y odio de clase".
En los 80s también se quiso justificar el accionar de organizaciones terroristas incluso con la idea de que "la rebelión se justificaba" como respuesta a una sociedad "semifeudal".
Igual que en aquellos años, hoy se intenta destruir infraestructura básica para el desarrollo de las regiones como por ejemplo los aeropuertos, vitales para la comunicación.
Hay evidente ingerencia de grupos terroristas y financiamiento de sectores económicos ilegales aunque la propia Ministra de Relaciones Exteriores se niegue a aceptarlo así como sectores que dicen que éste es un enfrentamiento entre dos bandos, uno de los cuales está infiltrado por "algunos delincuentes". Otros dicen que son manifestantes "violentos pero no terroristas" y que incluso tienen demandas ancestrales válidas. ¿Alguien puede decirnos una de esas demandas con las que buscan sacar del atraso a sus regiones"? Nada más falaz que plantear esto.
Está claro que la explosión subversiva estaba planteada desde hace mucho más que el 7 de diciembre pasado. La subversión comunista se ha venido preparando desde la caída del terrorista Guzmán y la desarticulación del mrta en 1992. "Fue un recodo en el camino" como dijo Guzmán.
Pese a la derrota militar, los subversivos pasaron a una etapa de lucha política e ideológica; se reconstruyeron creando "fachadas" y con la complicidad del caviaraje lograron que muchos peruanos olvidaran la historia de terror que vivimos.
Hay culpables y son quienes desmontaron la legislación antiterrorista, anularon juicios a feroces terroristas, les aminorado las penas y lograron la liberación de miles de ellos. Paniagua y el corrupto Toledo fueron quienes encabezaron todo ello junto con un grupo de caviares y comunistas agrupados en oeneges y en la llamada comisión de "la verdad y reconciliación" evacuaron un informe falso y cómplice, al extremo de llamar al terrorismo "conflicto armado interno" y a través de la infiltración en el Sistema de Justicia perseguir a quienes combatieron al terrorismo (miembros de las FFAA, de la Policía y el propio Presidente Alberto Fujimori).
Hoy estamos en medio de una guerra aún no declarada. A diario hay algaradas que buscan destruir Lima y las regiones del Sur Andino pero ni la Presidente Boluarte ni el Premier Otárola toman decisiones firmes. No hay tiempo para más; o lo hacen o tendrán que dar un paso al costado.
Basta ya de la complicidad de quienes desde sus columnas de opinión o de entrevistas en diversos medios pretenden desde una posición encubierta ser parte de los que quieren instaurar el comunismo en el Perú.
#TerrorismoNuncaMas
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