sábado, 11 de febrero de 2023

TE EXTRAÑAMOS JULIO

 


Algunos se empeñan en querer inventar "una realidad" que se contradice con lo evidente. 

"El capítulo económico de la Constitución no ha logrado ningún avance" dicen los comunistas que quieren volver a la época de escasez y miseria.

Hasta en 2016 la economía peruana mostraba cifras de crecimiento del PBI y disminución de todos los índices negativos (incluída la pobreza extrema y pobreza). Se había formado una clase media pujante, muchos compraban en modernos centros comerciales, tenían tarjetas de crédito, eran propietarios de sus viviendas (gracias al crédito hipotecario) y los auto en los que circulaban eran de primera compra.

Muchos de los peruanos hoy están intercomunicador a través de carreteras físicas o digitales.  Una gran mayoría tiene teléfonos celulares y muchos tienen al menos una computadora en casa. ¿O acaso no es cierto?

Sin embargo tras el desastroso "gobierno de lujo" y las sucesivas crisis políticas (incluyendo la pandemia) el "milagro peruano" comenzó a desmoronarse. Incluso hoy estamos en riesgo de perder el grado de inversión y la subversión terrorista vuelve a poner en peligro nuestra viabilidad de ser un país soberano.

La pésima gestión económica desde el 2016 ha hecho que más peruanos dependan de programas sociales y bonos de ayuda, mientras en contraparte la inversión privada retrocede y el empleo se precariza más. Nuestra economía no deja de ser informal en un gran porcentaje y actividades ilegales contaminan todo con su dinero mal habido.

Aquellos que vivimos el Velascato y la crisis de los años 70s y 80s no podemos aceptar volver a la hiperinflación, a las devaluaciones diarias, a la escasez y políticas económicas que solo conducen al desastre.

Desde hace varios años la izquierda retrógrada ha atentado contra la pujante agroindustria de exportación; el caviaraje promueve vía sus oeneges campañas contra la minería formal mientras callan ante la ilegal y promueven agendas de odio y muerte. El Perú no solo se ha inmovilizado sino retrocede a pasos agigantados ante el silencio cobarde de quienes no solo pueden sino deben hablar.

Los consumidores no solo parecieran haberse cansado de tener un futuro mejor sino que añorarían los años de "la carne de un solo corte", las colas y el mercado negro. A ello abonan las campañas de ciertas "encuestadoras que promueven el regreso del estado "empresario" y agachan la cabeza ante quienes buscan que el Perú sea otra "Cuba o Venezuela".

Cómo extrañamos a empresarios como Raymundo Duarte, Francisco Pardo Mesones o Julio Favre que no solo dijeron "no" a las propuestas de enajenados sino las combatieron militantemente.

Esperamos respuestas contundentes frente a la subversión  terrorista y a proyectos castrochavistas que solo buscan destruir a nuestra Patria.



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