Los recuerdos de nuestra niñez e infancia traen consigo momentos de felicidad gracias al amor y preocupación de mis padres y hermanos así como las de la familia Torres-Salas que fue y siguiendo siendo mi segundo hogar.
Ir a donde "los Torres" era siempre ser recibido como uno más de la familia compuesta por don Luis, un dedicado oficial de nuestro Ejército, la señora Consuelo y sus hijos Luis (+), María Luisa, Patricio (Pato) y Rodolfo (Rulo) y los abuelos Don Patricia y su esposa María Luisa. A ellos se unió como esposo de Maria Luisa, mi querido Coco, de cuya familia nacieron Noelia y Galia. Debo mencionar también a Santos y Margarita, dos ejemplares y fieles empleados y por qué no, a Confite, un vivaz gato y cuatro adorables perritos Pelusa, Alex, Duffie y Tony.
De todos aprendí los valores católicos, el amor a la Patria y el recto camino. Ir a su casa era tener siempre una palabra de afecto, algo rico que comer, una cómoda silla desde donde veía mi programa favorito en la televisión y las mejores atenciones. Cuando llegaba las encomiendas de Ayaviri siempre había paea mi casa ricos quesos, kilos de harina de cereales andinos y otras delicias.
Connellod también aprendí a jugar Ajedrez para lo cual me regalaron un juego marca BASA y en la época escolar, su casa de Jr Borgoño en Pueblo era la pascana previa antes de llegar a casa.
Hoy hago este recuerdo pues Patricio cumple años. Siempre pulcro, puntual, de aguda inteligencia, perseverante y respetuoso; fue un referente aún lejos cuando partió a lograr el "american dream". A él un gran saludo y mis mejores deseos.
En mi hogar y en mi segundo hogar crecí feliz y sirvan estas líneas para relievar la amistad al grado de hermandad; aquella leal y sin conveniencias, la que perdura a través de los años, en las buenas y en las malas.
Linda ..historia👍
ResponderBorrarGracias Pepito tu lo dices todo Dios te bendiga ahora y siempre somos familia gracias
ResponderBorrar