Aprendí a leer con los diarios de la época, cada cual con una posición política clara y definida, incluso los que promovieron los golpes militares en 1962 y 1968.
En todas las épocas hubo quienes no defendieron el Estado de Derecho a cambio de prebendas y también a posiciones ideológicas, como quienes apoyaron la confiscación de la prensa en 1974 (Velascato) hasta la devolución de los medios a sus legítimos propietarios en 1980.
Con el regreso de la Democracia surge una primavera con el ingreso de nuevos medios pero hubo también quienes apelando a "libertad de expresión" sirvieron de caja de resonancia de la subversión terrorista. Diarios (Diario de Marka, La Voz y otros más asolapados como La República) y semanarios (Cambio, Amauta, Patris Roja) fueron responsables de la profundización del avance del terrorismo.
Así como en aquellos años cierta prensa apoyó a diversos regímenes, desde los excesos del fujimorismo, la abdicación al toledismo corrupto, a los diversos gobiernos cercanos a Lava Jato y al golpismo del vizcarrismo y del caviaraje (Sagasti). Ni qué decir de aquellos que callaron ante lo que hizo el ladrón Castillo durante 17 meses.
No olvidemos a "las geishas", menos a los asalariados de Odebrecht ni tampoco a "las waripoleras" que callaron en su momento y cada quien a su forma ante la muerte y la corrupción.
Sin embargo lo vivido en estos más de 7 años no tiene nombre; hasta que llegamos al infausto 2021 donde decenas de cojudignos, asalariados y cómplices asolapados permitieron el "triunfo" fraudulento de un incapaz y corrupto comunista. Muchos de ellos hoy se desmarcaron y otros aún "reclaman la libertad del ladrón Castillo". ¿Quién financia a estos últimos, que se hacen llamar "prensa alternativa"? ¿ Cómo intervino el Estado a través de sus instituciones? La mayoría son unos iletrados que fungen de periodistas y lo que realmente hacen es apología al terrorismo, a la subversión comunista.
Acompañan a los violentistas en las diarias algaradas, sirviendo de promotores y de espías en medio del desplazamiento de las Fuerzas del Orden valiéndose de las redes sociales. Difunden odio y mentiras, acusando a la Policía de "asesinos"y llamando "protestas pacificas" a lo que todos vemos, que no es sino destrucción y caos.
¿Hasta cuándo la Presidente Boluarte no dará la orden para enfrentar de una vez por todas a los violentistas que se valen de "las pelotudeces democráticas" (según el comunista Bermejo) para destruir el Perú? Se es cómplice por acción u omisión. Es incomprensible la inacción de Boluarte y su Premier Otárola para tomar decisiones firmes y drásticas. Quizás su pasado reciente explique su accionar.
De una vez por todas que ambos nos digan si están con el Perú o con la subversión terrorista. Entonces ya sabremos que debemos hacer para defender el Orden Democratica y la posibilidad de seguir siendo un país viable.
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