Según la RAE, la humildad es "una virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento". Sin embargo hay quienes la confunden con baja autoestima u obrar no creyendo en sus potencialidades y méritos.
Esto viene al caso cuando escucho a muchos referirse a alguien que intenta tener un espíritu ganador y por ello se le sindica como opuesto a "ser humilde".
Una cosa es sobrestimar nuestras posibilidades y otra minimizar nuestras virtudes; o lo que algunos llaman "falsa modestia".
Todo esto viene a cuenta justo en estas últimas semanas que leo en muchas publicaciones en redes sociales llamando a "la humildad" y no a tener espíritu ganador, respetando a nuestros rivales leales. Al enemigo o aquel que en una competencia no actúa de acuerdo al "Fair Play", no merece nuestro respeto y ello no tiene nada de "falta de humildad" sino un escenario donde hay poca autoestima.
A una competencia no se va a "ser humildes", sino a ganar y en buena lid, respetando al rival y no sobornando a los rivales de mis adversarios con los que competimos. Ellos para eso cobran un sueldo y premios y no para estirar la mano y cobrar "premios" por ganar y ¿no para perder?
Que los competidores logren victorias dignamente y que retomemos "la sed ganadora" y no sigamos con la estúpida muletilla "seamos humildes".
En una competencia "se gana, se pierde o se empata" pero nadie en su sano juicio va a ella pensando en perder o sea creer que antes de competir "ya perdimos" pues hay que ser "humildes".
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