CRECIMIENTO URBANO

 

Quién regresara a Lima después de años, le sorprenderá como ha cambiado el rostro de muchas avenidas principales de algunos distritos de la llamada Lima Centro.

Las avenidas Sucre, La Mar, Brasil, San Felipe y otras zonas como las inmediaciones al Parque Castilla, el malecón de San Miguel y otras ya no tienen las otrora grandes casas, las que han dado paso a inmensos edificios.

Este boom de la construcción ha tenido y sigue teniendo gran impacto en el crecimiento de la economía y por cierto en el empleo. Las nuevas formas constructivas han hecho que los tiempos para que un edificio esté listo para ser ocupado se hayan acortado y muchas veces se hayan vendido antes de terminar de ser construidos gracias al crédito hipotecario 

Sin embargo no todo son "flores"; también hay externalidades negativas cuyo impacto es mayor debido a la poca planificación del crecimiento urbano. En muchas zonas hay gran congestión, incomodidades por el estacionamiento de decenas de autos en las calles adyacentes, manejo de residuos y también provisión de agua. 

Esto hace que los municipios distritales deban  trabajar más y mejor para no solo supervisar las construcciones y el cumplimiento de las normas vinculadas a ellas sino para velar por los intereses de los vecinos a las obras, durante las etapas de las demoliciones, construcción de cimientos y de los edificios en sí. Hoy los municipios requieren el concurso de profesionales, en áreas de ingeniería, arquitectura  y otras, preparados para llevar a cabo dichas tareas.

Cabe señalar que los cambios demográficos y de formas de vida han hecho que un departamento de 80 m2 sea visto como "grande" y los otrora departamentos de 100 a 120 M2, antes considerados chicos, hoy ya casi ni se oferten. Las nuevas tendencias y estilos de vivir hacen que se compense el tamaño de los departamentos con la oferta de áreas comunes.

Esperamos que el crecimiento siga adelanto, por su impacto en la economía, pero siguiendo estrictamente las normas de construcción, tarea que debe ser hecha con prolijidad por los municipios respectivos; en protección de quienes habitarán los edificios construídos o por construir.