En las últimas 48 horas el Poder Judicial ha condenado a dos que fungieron de "presidentes", uno nacido de una felonía y otro de un fraude.
Martín Vizcarra fue condenado por corrupto y Pedro Castillo por golpista por periodos insuficientes para todo el daño que le hicieron al Perú; aunque valga decir que aún tienen en su haber una serie de acusaciones más o igual de graves.
El primero por el genocidio que significó la muerte de más de 240 mil personas en la pandemia como consecuencia de su incapacidad y de una serie de hechos que son responsabilidad directa de Vizcarra y en el caso de Castillo por la corrupción cuyo origen nacería en las cuchipandas llevadas a cabo en la llamada "casa de Sarratea" y por los preparativos ocurridos desde el génesis de su fraudulento origen.
Tanto Vizcarra como Castillo son producto de un voto odiador cuya inspiración nació en una narrativa de la caviarada, verdadera responsable de lo que hoy vivimos
Recordemos que Vizcarra llegó de la mano de un gobierno que se decía "de lujo" que "ganó" las elecciones del 2016 con la ayuda de maniobras de un presidente que buscaba asegurar impunidad. Tras una serie de denuncias por corrupción el gobierno de lujo cayó luego de la renuncia de PPK. Desgraciadamente la clase política no escuchó a Vitocho García Belaúnde (exigía nuevas elecciones) y le dió el aval a un sujeto que tenía graves antecedentes cuando fue Presidente Regional de Moquegua.
En el caso de Castillo fue más grave la estupidez. A inicios de la campaña un entonces poco conocido periodista, Diego Acuña, entrevistó a Castillo y puso al descubierto quien era este candidato, mostrando su ignorancia y sus cercanías con sectores terroristas. Sin embargo mucha gente hizo caso omiso a ello y apoyó a este advenedizo desde incluso sectores empresariales; a ello se sumó el ausentismo de votantes de sectores A-B y por cierto el apoyo mediático de una prensa vergonzante.
Hoy quienes fueron cómplices y tontos útiles de las raterías de Vizcarra y de Castillo se rasgan las vestiduras y se suben al carro de quienes siempre nos opusimos a ambos. Recordemos nomás a quienes tiraron la toalla cuando miles salimos a las calles a oponernos al fraude comunista.
La Justicia llega tarde para castigar a Vizcarra y Castillo. Falta mucho aún no solo en estos casos sino en la corrupción y complicidad con el terrorismo que inició con el gobierno de transición de Paniagua que liberó a cientos de feroces y sanguinarios terroristas; la corrupción del gobierno de Toledo, quién está ya purgando sus delitos pero muchos de sus cómplices siguen libres incluyendo alguno que se dice "paladín de la anticorrupción". El gobierno de García no se salva de esta mención y menos aún los de Ollanta Humala y PPK.
Los que siguió fue peor y ya algunos purgan prisión. Un caso que aún no es señalado es el nacido de "un golpe caviar" y por ende ilegal e ilegítimo; refiriéndonos al de Sagasti.
Finalmente no olvidemos al gobierno incapaz y con numerosos señalamientos como el de Dina Boluarte y por supuesto los decenas de gobernadores regionales y alcaldes, entre ellos el caso más mediático, el de la autoacusada Susana Villarán y sus cómplices que aún "pasan piola".
Ya Vizcarra y Castillo purgan carceleros pero faltan muchos más!
La Justicia debe llegar a todos los que deben pagar sus fechorías!
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