viernes, 7 de noviembre de 2025

MI AMIGO VICTOR AUGUSTO

 


Hará unos días publicamos un artículo sobre el mercado de Magdalena del Mar, un lugar donde podemos encontrar de todo, de calidad y a precios razonables. 

En sus alrededores hay muy buenos restaurantes, bazares, tiendas diversas y por cierto se puede encontrar las famosas "yuquitas de Palermo" (en la cuadra 7 de Leoncio Prado , entre las puertas 3 y 4 del Mercado), donde decenas diariamente esperan su turno para comprar esta especialidad.

A la par hay servicios de todo tipo y no podían faltar las personas que compran y venden dólares ("cambistas"). Para ellos no hay frío o calor, ni incluso feriados.

Ubicados principalmente en las esquinas de José Gálvez y Bolognesi  con una de las avenidas principales del distrito, Leoncio Prado. Pero pese a la competencia que hay entre ellos y las casas de cambios, en mi caso, prefiero que me atienda un personaje que transmite sobre todo confianza, tan importante en estos menesteres. 

Me refiero a Víctor Augusto, quién se ubica a pasos de la esquina de Bolognesi con Leoncio Prado. Lo conozco hace años y  recomiendo sus servicios. Con él nunca recibirán billetes dañados y maquillados hábilmente y menos billetes falsos.

Víctor Augusto trabaja en un entorno predecible, pese a algunas caídas o subidas del tipo de cambio. No es la época de las devaluaciones del primer alanismo, años en los que el tipo de cambio subía casi al segundo.

Cada vez que lo veo a Víctor Augusto nos saludamos y le hago recordar que "es hora que tire al aire algunos verdes", como aquella vez que un desconocido en terno y corbata y con un maletin "James Bond" arrojó un fajo verde en plena esquina del cine El Pacífico, en Miraflores, al grito de "dólares", tras lo cual se retiró sigilosamente ante la desesperación de los transeúntes que pugnaban por apoderarse de "algunos verdes".

Lo cierto es que "los verdes" no eran dólares verdaderos sino impresiones que publicitaban los servicios de una de las tantas cooperativas que años después quebraron dejando en la miseria a muchos.

Víctor Augusto ya me prometió que arrojará algún fajo cuando sume "su primer millón de dólares" en su cuenta de ahorros". Espero que ello sea pronto y que avise con tiempo para que "me llueva algunos billetes".

Larga vida a Víctor Augusto y ya saben, cuando quieran comprar o vender "sus verdes", es garantía de buen servicio, seguridad y confianza, requisitos imprescindibles en el mundo financiero.

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