jueves, 25 de julio de 2019

EL CIRCO DE MI NIÑEZ

Dos hechos marcaron mi niñez en relación al circo. El día que me llevó mi tío (y padrino) Jorge al Circo de Moscú que se presentaba en el Coliseo Amauta en los años 70s  y cuando leí El Vuelo de los Cóndores de Valdelomar.

El mundo de circo es toda una leyenda. Vemos gente reír, aplaudir a rabiar y admirarse de animales amaestrados, payasos hilarantes y trapecistas sin igual. Pero muchos hablan de esa frase, "la función debe continuar". Y es cierto la gente del circo es como uno, de carne y hueso, que a pesar de estar triste o sufrir tiene que reír y hacernos reír.

Hoy en día, lamentablemente, se ha desvirtuado la calidad y cualquiera dice tener uno. Artistas de dos por medio o gente mediática que aprovecha la ilusión del público. No obstante hay también de alta calidad como los que se presentarán este julio en Lima como el Gran Circo Chino (Jockey Plaza del 25/7 al 25/8), el Gran Circo Ruso (Jockey Plaza, del 17/7 al 1/9), Circo Clásico ( Jockey Plaza, del 18/7al 11/8)) y el Cirque Eloize (Gran Teatro Nacional, del 24 al 29 de Julio).

El circo es un mundo de ensueño donde no sólo los niños disfrutan sino también los adultos. Con ese recuerdo mencionado se me viene a la memoria la canchita, los conos dulces, las manzanas acarameladas y otros, que acompañan el tiempo que estamos en la función.

Que no nos roben los sueños y menos envenenen la mente de nuestros niños con propuestas asolapadas de agendas aberrantes o proterroristas. Cuidado a la hora de irse a divertir con la familia.


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