Es cierto que Belaúnde tuvo muchos errores y desaciertos que condujeron al Perú al descalabro ochentero pero tuvo el acierto de promoveencer y auspiciar la laboriosidad y valores presentes por siglos en el Perú Profundo.
Qué diferencia con aquellos que incentivan y promueven el odio y las bajas pasiones y concluyen que actúan así "porque el pueblo lo quiere"; en vez de "educar al Soberano".
Aún estamos a tiempo para cerrar les el paso a iconoclastas, incendiarios y enemigos del Perú.
Hoy los mercados ya están mostrándose "nerviosos". Que esto no se convierta en estampida y millones no empiecen el éxodo.
Qué Dios nos proteja!
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